Francisco José Alcaraz volvió al trabajo este martes como primer senador de Vox en las Cortes Generales, por designación autonómica del Parlamento de Andalucía, al acatar la constitución jurando “por España”, al igual que hicieran los 24 diputados electos de la extrema derecha en el Congreso de los Diputados.

Desde el 5 de marzo Alcaraz no pisó la Cámara Alta, pero no por eso dejó de cobrar. Y es que el adelanto electoral de las elecciones generales, provocado tras el rechazo independentista a los Presupuestos Generales, provocó que la etapa previa de Álcaraz, al no estar dentro de la diputación permanente, fuese de apenas dos semanas. Ahora bien, en apenas 15 días al frente de sus designios (tomó posesión en 19 de febrero y el 5 de marzo su labor se vio interrumpida por el adelanto electoral), el dirigente percibió un salario de 8.822,52 euros.

A razón de 163.38 euros por día

Al igual que el resto de senadores que no forman parte de la Diputación Permanente de la Cámara, Francisco José Alcaraz cobró una retribución de 8.822,52 euros por la paga prevista por la disolución de las Cortes.

Esa retribución se calculó multiplicando 163,38 euros al día por los 54 días que van del 5 de marzo, fecha de disolución, al 28 de abril, día de las elecciones.

Polémico perfil

Tal y como explicó ElPlural.com, en poco más de una década Alcaraz ha pasado del anonimato más absoluto a convertirse en uno de los rostros más conocidos del partido de extrema derecha que, debido a su ascenso en las encuestas, amenaza con condicionar la gobernabilidad del país.

Un destino por el que muy pocos de sus paisanos de Torredelcampo -la pequeña localidad de la que es natural el senador de Vox-, hubiesen apostado cuando Alcaraz era el peluquero del pueblo.

Y es que antes de convertirse en parlamentario nacional y ariete de la derecha mediática gracias a las movilizaciones que protagonizó contra  el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero desde la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), el ahora senador de la extrema derecha ejerció oficios muy diversos y abrazó varias confesiones que a priori no comulgan en exceso con los ideales de Vox.

Testigo de Jehová y de la Iglesia Evangélica

“Aunque soñó con ser veterinario, pronto se decidió por la peluquería y la estética (…) Se hizo testigo de Jehová. Sus padres eran católicos, trabajadores y más bien de izquierdas, pero él abrazó su nueva fe con tanto ahínco -un rasgo de su carácter que conserva intacto- que se dedicó a vender biblias y a hacer apostolado entre sus vecinos, quienes, no obstante, pronto advirtieron que Francisco José se alejaba de los Testigos de Jehová para pasarse a la iglesia Evangélica. No tardó en darse cuenta de que tampoco allí estaba el camino”, explica el periodista Pablo Ordaz.