Unidas Podemos está acusando las discrepancias internas y ya no funciona como un grupo monolítico con unidad de acción. Su propio presidente, Jaume Asens (Comunes), confirmó que tanto Podemos como Izquierda Unida desconocían los detalles de la reforma del delito de sedición para “para evitar filtraciones”. La confianza entre las familias que componen el espacio confederal está en horas bajas. El fuego cruzado entre los afines a Pablo Iglesias y los partidarios del nuevo proyecto de Yolanda Díaz, Sumar, empieza a pasar factura y ya se proyecta en posiciones legislativas diferenciadas.

La revisión del Código Penal que ocupa los esfuerzos del Congreso estos días ha dividido a Unidas Podemos. Los Comunes, con Asens al frente, han comandado las negociaciones con el PSOE y, al estar los morados al margen, no han podido manifestar su opinión e impregnar el articulado. El pasado lunes, en la rueda de prensa habitual de Podemos, la coportavoz estatal del partido, María Teresa Pérez, admitió que desconocía el contenido de la propuesta y difieren en algunas cuestiones, por lo que estudiarán posibles enmiendas. En concreto, Pérez avanzó que les preocupan que las nuevas tipificaciones de los desórdenes públicos acarreen la criminalización de protestas pacíficas.

Podemos estudia posibles enmiendas a la reforma del delito de sedición tras ser orillado de las negociaciones por Asens (Comunes)

Asens confirmó, poco después en una comparecencia en el Congreso, que si bien Podemos estaba al tanto de que había conversaciones, no les informó ni del contenido, ni de la inminencia del anuncio. Por no saberlo, no lo sabían ni los Comunes: “Podemos no estaba informado de los detalles de la negociación, pero tampoco Izquierda Unida y Comunes”. “Los detalles los conocía muy poca gente por una cuestión de discreción, para evitar filtraciones. Sabían que se estaba negociando. Sí había esa información, pero no el detalle”, ha justificado; valorando que “el presidente [Sánchez] anunció la reforma sin que hubiera una filtración antes” y “si ha podido pasar es porque todos los implicados hemos sido muy cuidadosos”. También deslizó que serían partidarios de reformar el delito de malversación para diferencias los casos en los que se halla lucro personal de los que no.

Sin embargo, este martes, el portavoz parlamentario de Unidas Podemos, Pablo Echenique, le refutó, asegurando que la formación morada aún no ha decidido si apoyaría dicha enmienda. Esgrimió que se trata de un “tema delicado” con innumerables “aristas” que requieren de un debate interno. Preguntado por la postura de Asens, Echenique se limitó a decir que era “su opinión” como ·jurista de reconocido prestigio o de En Comú Podem”, pero en ningún caso de Podemos o de todo el grupo en su integridad.

Y por si fuera poco profunda la grieta, Izquierda Unida ha ahondado en la misma. Enrique Santiago se ha mostrado partidario de modificar este delito, razonando que es una cuestión de "seguridad jurídica" diferenciar lo que es una gestión ineficiente de recursos públicos y el enriquecimiento personal, es decir, “robar”.

Los Comunes apuestan por reformar también la malversación, pero Podemos dice que aún no han decidido su postura

Abolición de la prostitución

La reforma del delito de malversación no es el único punto de fricción que divide a los morados, también lo es la ley socialista para abolir la prostitución. Este miércoles el Congreso pondrá en marcha las ponencias de la ley del aborto y la ley para la abolición de la prostitución. La ley del aborto superó con holgura las tres enmiendas a la totalidad planteadas por la derecha (PP, Vox y Ciudadanos). Ahora que se abre el periodo de negociación para profundizar en el texto salido del Consejo de Ministros, afloran las diferencias entre PSOE y Unidas Podemos, en concreto, por la publicidad sobre la prostitución.

La norma elimina la prohibición de los anuncios de prostitución que se validó en el marco de la Ley de Garantías de la Libertad Sexual (ley del solo sí es sí), al reformar la Ley General de Publicidad. En su redacción recoge que la publicidad que "suponga la promoción de la prostitución" se considerará ilícita en los términos establecidos en la Ley General de Publicidad de 1998. El articulado del aborto cambia esa publicidad y elimina la mención a los anuncios de prostitución, por lo que los socialistas, que apoyaron el texto primigenio que aprobó el Consejo de Ministros, han presentado una enmienda para hacer mención específica a la prostitución, reafirmando la prohibición de estos anuncios.

Podemos es abolicionista mientras los Comunes son defensores de la regulación

Que prospere la enmienda depende de Podemos, sumido en un debate interno con sus familias sobre la prostitución, cuya ley también arranca este miércoles en ponencia. En este caso, Podemos propone cambiar el texto para eliminar las multas a los puteros que quiere el PSOE y rebajar las penas de la tercería locativa, que multa a quien alquile viviendas o locales para el ejercicio de la prostitución. Además, propone cambios en la redacción en definiciones, por ejemplo, como la de explotación, que para los morados es "cuando exista una relación de dependencia o subordinación en la que quien se lucra impone las circunstancias de toda índole que condicionan la libertad sexual de la víctima". También solicitan añadir que "estas disposiciones no son aplicables a las personas que ejerzan la prostitución”.

En este punto, un sector de Podemos difiere: los Comunes. Los morados se han manifestado abolicionistas, pero su facción hermana en Cataluña está a favor de regular la prostitución y ha votado de forma independiente en anteriores ocasiones sobre este tema. Tanto es así, que sus siete representantes en el hemiciclo se opusieron a la ley de abolición de la prostitución.