Lo que el Presidente del Gobierno Pedro Sánchez anunció ayer fue el fracaso de los partidos políticos en el Congreso para sacar adelante unos presupuestos. Los representantes de la ciudadanía habían preferido, una vez más, enrocarse y poner por delante sus propios intereses partidistas a los de la sociedad. El resultado fue el ya esperado anuncio de nuevos comicios.

Este enésimo fracaso de la política actual española, como espacio de diálogo, hace urgente y necesaria una nueva forma de hacer las cosas; más cercana a la gente y menos a las siglas. Más dialogante y abierta. Más empática con los problemas de las personas y con sus reivindicaciones sociales. Y, sobre todo, alejada de la crispación, pues ésta es el origen de los espacios peligrosos en los que reverdecen ideologías peligrosas. Y, en esas, minutos después de que el Presidente Pedro Sánchez anunciara las elecciones, se coló con mucha fuerza entre las tendencias de Twitter el Partido Animalista PACMA. La esperanza.

PACMA, la antítesis programática de los partidos de la crispación; el partido de los que votan, se movilizan y trabajan por los intereses de aquellos que ni siquiera pueden defenderse con su propia voz. De los que ni siquiera pueden votar y de las personas más vulnerables. Un partido que, sin recursos y bloqueado por los grandes medios de comunicación, no sólo ha crecido de forma exponencial en su base de electores, también en sus propuestas políticas al incorporar medidas valientes, urgentes y necesarias para mejorar la vida de las personas y el medioambiente. Un partido que se parte la cara, literalmente, por defender sus ideales.

En pasados comicios PACMA tuvo la oportunidad de confluir con un partido que le prometía un escaño a cambio de renunciar a sus ideales. Pero el Partido Animalista prefirió ser coherente con sus compromisos con la sociedad a un sillón en el Congreso. Ese es el nuevo modelo político que la sociedad necesita para poder avanzar.

En esa conversación sobre el Partido Animalista generada de manera orgánica en Twitter durante todo un día, hubo quien utilizó la falacia del voto útil para atacar a los que apoyan en las urnas a PACMA. Esto debería llevarnos a una reflexión. Cada persona debe votar en consecuencia a sus principios, pues el único voto inútil es el que se hace con la nariz tapada. Es decir, el de aquel que ejerce su derecho renunciando a sus deseos e ideales en favor de los argumentos –en este caso erróneos o interesados– de otros.

El problema de votar con la nariz tapada es que corres el riesgo de pasarte cuatro años de legislatura sin poder respirar, mientras otros llevan a cabo políticas con las que no estás de acuerdo. Independientemente de a quien se vote, hay que hacerlo en conciencia y orgulloso de que tu papeleta haya expresado tus propios ideales; y no los ideales partidistas del quien te quiere comer la oreja. Es una esperanza para la política española que mucha gente ayer expresara su apoyo al Partido Animalista, una nueva forma de hacer política que es coherente con sus principios y que trabaja a favor de la empatía y el respeto para los animales, las personas que más sufren y el planeta.

 

Andrés Cardenete, es el Portavoz de PACMA