Los plazos empiezan a agotarse y Pedro Sánchez busca socios para que la aritmética no se le vuelva en contra y pueda ser investido presidente del Gobierno sin necesidad de pasar por unas nuevas elecciones. Este lunes, el socialista ha tratado de convencer a su homólogo popular en una reunión mantenido en La Moncloa, aduciendo al líder rival a repensar su estrategia y observar las bondades que podría tener una abstención de su grupo en pro de dejar fuera de la ecuación a las fuerzas independentistas.

La reunión ha tenido lugar horas después de que Felipe González, expresidente del Gobierno, pidiera a los líderes de la derecha que se fuera "un ratito al rincón de pensar". 

Pablo Casado, siguiendo la estela de la estrategia que ha adoptado desde que las elecciones evidenciaron el descalabro de su estructura, ha vuelto a negar la posibilidad. Quiere liderar la oposición, hacer visible el descontento con las políticas del líder socialista y servir de contrapunto en el hemiciclo al inquilino de La Moncloa.

La relación, aunque enquistada y enfrentada en los que a políticas y hoja de ruta se refiere, no es negativa. De hecho, son muchos los analistas políticos que han observado cómo la cordialidad entre PP y PSOE es mucho mayor que la que mantiene Ferraz con Ciudadanos. Hubo un tiempo de “felones, golpistas y batasunos” que aún repunta de vez en cuando. Pero, la altura de estado y la tradición de los dos partidos hacen que las reuniones sean cordiales y alejadas del tono que emplea en cada intervención pública Albert Rivera.

A pesar de ello, son muchos los temas que se han puesto sobre la mesa. La investidura, los plazos de la misma, la situación en Navarra con EH Bildu de fondo, Cataluña y las negociaciones en Europa. Un sinfín de asuntos que han abordado desde la diferencia y poniendo los puntos sobre las íes.

Una cosa queda clara, Sánchez sigue creyendo que populares o naranjas pueden facilitar la gobernabilidad del PSOE con una abstención de última hora. Mientras tanto, Unidas Podemos exige carteras ministeriales y las negociaciones permanecen en stand by.