El Partido Popular de Pablo Casado anunció el miércoles que tenía previsto un acto en el Salón Regio, sede del Celta de Vigo. El candidato de la formación conservadora acudió junto a Alberto Núñez Feijóo al recinto propiedad del conjunto celeste en Vigo.

Lo que no se esperaban los populares era toparse de bruces con una manifestación a las puertas del Salón Regio de la sede celeste. Una movilización promovida desde el sector de la afición ultra del Celta de Vigo. Los Celtarras – como se autodenominan los radicales del club – lanzaron un comunicado en el que solicitaban a Carlos Mouriño, presidente de la entidad, que no politizara el fútbol.

“El escudo no se mancha, fuera de nuestra sede”, escribieron desde el colectivo de seguidores del Celta. En el comunicado, los radicales criticaban la figura del dirigente celeste al cambiar el discurso con respecto a la “politización” del equipo. Por este motivo, Casado y Feijóo se encontraron a una turba enfadada por la “mezcla” del deporte y la política.

"Después de años criminalizando a la afición, acusándola de politizar el fútbol para su beneficio económico a través de sanciones y prohibiciones, ahora el Celta muestra su cara dándole espacio a un partido político en su sede", denunciaban los Celtarras.

Uno de los manifestantes, en declaraciones a El Desmarque, calificaba el acto como “una vergüenza” porque el presidente “dijo que el Celta era un equipo apolítico”. “Esta sede no tiene que ser para partidos políticos, sólo para lo deportivo”.