Con casi todas las miradas puestas en la nefasta situación del PP en Cataluña, ha pasado por alto lo ocurrido con Ciudadanos, que se encuentra herido y partido por la mitad. Esta fractura se escenificó en directo el sábado, cuando Manuel Valls, Celestino Corbacho y Eva Parera dieron su apoyo a Colau frente a los otros tres concejales de Barcelona Pel Canvi, fieles a Rivera, que siguieron el dictamen del aparato. Con su decisión, María Luz Guilarte SánchezMaria Magdalena Barceló Verea y Francisco Sierra López, habrían entregado el Ayuntamiento al independentismo.

Casi un millón de votos perdidos en año y medio

Pocos hubieran podido imaginar el descenso que la formación de Albert Rivera ha experimentado en la tierra que les vio nacer. El 21 de diciembre de 2017, Inés Arrimadas consiguió ganar las elecciones con 1.109.732 votos. El pasado domingo, el partido naranja obtuvo 176.330 y ninguna alcaldía; cerca de un millón menos de apoyos con respecto a las autonómicas. 

La formación de Albert Rivera logró en los comicios autonómicos el 25,35% de los apoyos y en los municipales, el 8,2%. Los 930.000 votos perdidos se reflejan en una caída del 67,65%. El salto al vacío es evidente a la hora de comparar los resultados en las grandes ciudades de Cataluña.

En Lleida han pasado de obtener un 24,6% al 9,7% y en Tarragona, del 35,8% al 7%.En las principales urbes de la provincia de Barcelona, los datos son desoladores. En Hospitalet se ha pasado de un 33,4% a un 11,8%; en Sabadell, del 28,2% a 10,2%; en Mataró, del 30,4% a 6,1%; y en Tarrasa, del 29,9% a 8,1%. Lo sucedido en Badalona sirve como metáfora del descalabro catalán: de cosechar un 31,1% de los apoyos en 2017, Cs ha pasado a un vergonzante 1,7%. 

La Ciudad Condal ha sido la única gran ciudad barcelonesa en la que se ha conseguido salvar los muebles. Arrimadas obtuvo el 26,5% de los votos frente al 18,4 de Manuel Vall., Un mal resultado que, no obstante, se torna positivo en comparación con la debacle sufrida en las localidades vecinas.

Fractura en el seno de Cs en Cataluña

La decisión de Manuel Valls de entregar sin condiciones la Alcaldía de Barcelona a Ada Colau para arrebatársela al independentismo ha evidenciado la fractura en Cataluña de la formación. Una ruptura que ha hecho pública el propio Arcadi Espada en un análisis publicado este domingo por El Mundo.

El periodista, uno de los ideólogos del partido liberal, muestra una postura férrea frente a Albert Rivera y resalta la figura del exprimer ministro francés frente a Madrid y los concejales de Barcelona pel canvi fieles al aparato. "Si de ellos hubiera dependido, Barcelona tendría hoy un alcalde independentista. Voy a decirlo otra vez: Si de Cs hubiera dependido, hoy Barcelona tendría un alcalde independentista. Y otra vez más, de otro modo: si Manuel Valls no hubiera tomado la decisión de incluir concejales independientes, Barcelona tendría hoy un alcalde independentista", subraya.

Si Espada representa a una de las dos vertientes, Juan Carlos Girauta es la viva imagen de la contraria. 

El diputado de Ciudadanos en el Congreso de los Diputados, ha dejado clara su posición ante la decisión de Valls. "No hay nada peor que Ada Colau", ha escrito en su cuenta oficial de Twitter social, a lo que ha añadido en otro mensaje: "Hoy Barcelona tiene una alcaldesa independentista. De la elección entre guillotina y horca no resulta nada distinto a la muerte".

Esta posición ha sido también defendida por Toni Cantó, quien ha señalado que la reelección de Ada Colau como alcaldesa de Barcelona "es un drama" y ha destacado que, "cuando ha tenido que elegir entre constitucionalismo e independentismo, siempre se ha puesto del lado del independentismo, que es lo que suele hacer Podemos".

Europa, preocupada por el viraje de Rivera

Por otra parte, desde Europa son conscientes de la deriva de Ciudadanos hacia la extrema derecha. El descontento de Macron y el centro liberal europeo, además de la atención prestada por los medios de comunicación del continente al reciente proceso electoral español, ejercen una dura presión sobre Cs. Sin embargo, Albert Rivera ha elegido ignorarla.

La connivencia de su partido con uno de extrema derecha ha hecho que desde el  Eliseo se muestren "preocupados" porque "pondría en cuestión la cooperación política para construir un grupo centrista en la Unión Europea".

De hecho, la secretaria de Estado de Asuntos Europeos, Amélie de Montchalin expresó "que la alianza con la extrema derecha, como hemos visto en España, no es una opción". El camino seguido por Albert Rivera puede suponer la expulsión de Cs del grupo europarlamentario, Renew Europe (Renovar Europa). "En el grupo lo estamos estudiando. No queremos tomar decisiones demasiado apresuradas", dijo Montchalin.

Los pactos con la extrema derecha

La radicalización del mensaje de un partido que presumía de ser centrista y liberal contra el PSOE y Pedro Sánchez y sus pactos con la extrema derecha han repercutido de forma muy negativa en los intereses de Rivera en Cataluña. Valls, por su parte, pese a su decepcionante resultado-quedó cuarto- ha sabido utilizar sus 99.494 votos.  

Entregando las riendas del Ayuntamiento a Colau y oponiéndose al dictamen de Rivera, ha conseguido alzarse como la referencia de centro en Cataluña para los votantes a los que Arrimadas dejó huérfanos. Si el exprimer ministro francés decide que su partido pase del ámbito local al autonómico sería un duro golpe para las intenciones de Albert Rivera en su tierra natal. De ser así, Cs ocuparía el mismo lugar residual que hoy en día, ocupa el Partido Popular.