La reforma de la ley de Seguridad Ciudadana, más conocida como Mordaza, era uno de los buques insignia legislativos del Gobierno de coalición. Pedro Sánchez se presentó a las elecciones con la bandera de la derogación y, sin embargo, más de tres años después, no solo permanece, sino que el desacuerdo entre Moncloa y sus socios la acerca al precipicio. Pintan bastos y las partes ya asumen que la propuesta decaerá y no se retirará la Mordaza en esta legislatura.

Este miércoles se reúne la ponencia tras el aplazamiento de la pasada semana. El portavoz parlamentario de Unidas Podemos, Pablo Echenique, telefoneó al Grupo Parlamentario Socialista para que retrasase la cita y diera una semana más para sondear las posibilidades con Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y EH Bildu, enrocados en el ‘no’ por considerar que la reforma es sumamente descafeinada y no desactivaría los artículos más lesivos. Cuatro son los puntos de fricción que el PSOE se niega en redondo a modificar y sin los que el bloque progresista no prestará sus respectivas bancadas (tampoco Más País).

Se necesitan ocho firmas de los 15 integrantes que componen la ponencia para poder elevar el dictamen a la comisión de Interior, que debiera aprobarlo y someterlo a votación en el pleno del Congreso. Todo apunta a que la izquierda abertzale y el Grupo Republicano no rubricarán el informe, por que lo que, según fuentes conocedoras, la reforma de Mordaza quedará en el limbo. “Sin informe, la ponencia no puede llevar nada a la comisión, y sin firmas, no hay informe”, explican. En otras palabras, si en las últimas horas no hay acuerdo, uno de los grandes compromisos de la coalición, y en concreto, del propio Pedro Sánchez, como es retirar la Mordaza, decaerá.

Los implicados en la negociación ya lo asumen. El portavoz parlamentario del Grupo Socialista, Patxi López, admitió en una rueda de prensa que aunque “seguimos hablando, no hay acuerdo”. A su juicio, con el documento ya consensuado “la mordaza desaparecería”. De hecho, en los últimos días, en la prórroga que se dieron los socios para seguir negociando, se cerró otro punto, el 17.2, relativo a los controles policiales. Sigue sin ser suficiente. Tanto ERC como Bildu mantienen sus posiciones maximalistas. El diputado de la izquierda abertzale Jon Inarritu respondió en su cuenta oficial de Twitter a las declaración de López reprochándole que “la realidad es precisamente opuesta”. “La ley Mordaza es llamada así por los artículos más lesivos (aquellos por los que más se sanciona)”, continuó, y sentenció que “el PSOE se niega a desactivarlos y propone mantener una Ley Mordaza Light, incumpliendo su promesa”.

Uno de los últimos grandes avances de las conversaciones, el relativo al artículo 30.3 sobre la responsabilidad de los convocantes de manifestación, agradó a ERC y Bildu, pero mantienen que hay cuatro cuestiones impepinables: el uso de las pelotas de goma, las faltas de respeto a la autoridad, la desobediencia y las devoluciones en caliente. Para esquivar el bloqueo, los socialistas han planteado abordar el asunto de las pelotas de goma en el articulado que regula las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y no en Mordaza. Asimismo, apuestan por dejar al margen la disposición adicional que recoge un régimen especial para Ceuta y Melilla por el cual “los extranjeros” detectados en la línea fronteriza que tratan de “superar los elementos de contención fronterizo” pueden “ser rechazados” a fin de “impedir su entrada ilegal en España". El PSOE esperaba que los socios aceptaran tratar este punto en la Ley de Extranjería para extirparla del debate, pero tanto ERC como Bildu se niegan porque no hay visos de ser modificada en lo que resta de legislatura.

Las horas se consumen y, o uno de las dos partes cede, o la reforma de Mordaza morirá lenta y dolorosamente en la fase de ponencia. Fuentes moradas dicen que no se dan por vencidos. El propio Pablo Echenique pidió más ambición al PSOE y más cintura a la izquierda abertzale y al independentismo republicano catalán; pero lo cierto es que, tal y como está redactado en este preciso momento, el informe no contaría ni con el apoyo de Más País llegado el hipotético caso de que pasara al pleno. Los morados, según fuentes, se abren a seguir hablando aunque este miércoles el choque impida la aprobación de una propuesta. Por su parte, los socialistas son mucho más crudos: “Si no ha habido acuerdo en un año…”.