El candidato del Partido Popular de la Comunitat Valenciana a la Presidencia de la Generalitat, Carlos Mazón, ha sido investido presidente del ejecutivo valenciano con 53 votos a favor, los 40 del PP y los 13 de Vox, suficientes para alcanzar la mayoría parlamentaria.
Mazón ha sido investido tras un pleno de cinco horas de duración, en el que ha recibido el apoyo explícito de Vox y sus votos a favor apalabrados por su portavoz, Ana Vega. En contra han votado el PSPV y Compromís, con 46 parlamentarios en contra entre ambas formaciones que no han sido suficientes para evitar la investidura del 'popular'. En sus respectivas intervenciones, Ximo Puig (PSPV) y Joan Baldoví (Compromís) han mostrado su rechazo a la candidatura investida.
El pleno de investidura ha estado marcado por el recuerdo a Miguel Ángel Blanco en el 26 aniversario de su asesinato a manos de ETA. Mazón, ya como nuevo presidente, ha centrado su intervención en la sanidad, educación y la bajada de impuestos, en la línea que prometía su programa. Sin embargo, ha existido una novedad: mantendrá una vicepresidencia de Igualdad, igual que se hizo en el Consell del Botànic.
Así, Mazón se ha convertido en el séptimo presidente de la etapa democrática en esta comunidad autónoma, cogiendo el testigo de Joan Lerma, Eduardo Zaplana, José Luis Olivas, Francisco Camps, Alberto Fabra y Ximo Puig. Será en cuatro días, el 17 de julio, posterior comunicado del acuerdo al rey de España, cuando Mazón declare institucionalmente y jure el cargo.
Además de convertirse en presidente valenciano, Mazón también se ha tenido que poner el traje de equilibrista con las numerosas "llamadas al diálogo, a la tolerancia y al respeto" que ha tenido que hacer durante su intervención, en la que también ha mostrado su "más sincero agradecimiento a los trece representantes del grupo de Vox". A su vez, ha intentado quitarle importancia a la presencia de la extrema derecha en el nuevo gobierno autonómico, comparando el pacto suscrito con Vox con un acuerdo con Compromís para la Mesa de las Cortes. De la misma forma, Mazón también ha utilizado el término violencia machista durante su monólogo, pero luego se ha pisado al hablar de "violencia intrafamiliar". Una sucesión de tiras y aflojas durante cinco horas en las que se condenaban y se compraban, al mismo tiempo, los marcos de la extrema derecha.
"Las prioridades de nuestro programa son la mejora de la sanidad, la dignificación de los sanitarios y de la educación, sin ideologías y con la libre elección de centro y de idioma", ha expuesto. En esa misma línea, Mazón ha reiterado las medidas anunciadas en el pacto alcanzado con la ultraderecha, cuya bancada se ha sumado a la mayoría de los aplausos de los diputados populares. El principal choque, no obstante, se ha producido al pronunciar el mencionado término del que Vox reniega, la violencia machista: “Quiero hacer una especial mención a una de las principales lacras de la sociedad: la violencia machista. Lamentablemente, hemos de convivir con una realidad que a día de hoy afecta a muchas mujeres y que nos convierte, como cualquier otra forma de violencia, en una peor sociedad. Hay cuestiones que exceden de cualquier actuación partidista y que trascienden del propio lenguaje y ni nosotros, señorías, ni el conjunto de la sociedad pueden negar”, ha expresado.
"Cualquier tipo de violencia que se produzca en cualquier ámbito laboral, machista, intrafamiliar, de género o de identidad sexual, racial y en cualquiera de sus formas, será firmemente condenado por este gobierno”, ha añadido Mazón, al tiempo que ha anunciado que “Igualdad tendrá el rango de vicepresidencia” en su futuro Gobierno. Una decisión aplaudida por la bancada del PP, pero que ha puesto caras muy largas en los diputados de Vox. Sin embargo, no puede olvidarse que en el pacto de gobierno se habla de violencia intrafamiliar y no de violencia machista, un síntoma más de este tira y afloja en el que ha consistido la investidura del 'popular'. A su vez, destacar que el extorero y empresario Vicente Barrera, de Vox, se encargará de las competencias de la vicepresidencia de Cultura.
Violencia intrafamiliar y divorcios duros
Los postulados machistas de Vox han tenido uno de sus apogeos precisamente en la Comunitat Valenciana. Inicialmente, la formación dirigida por Santiago Abascal presentaba como candidato a presidir esta región a Carlos Flores Juberías, político que fue condenado por violencia psíquica habitual y malos tratos a su expareja.
“No tengo ninguna cuenta pendiente con la Justicia. Las que en su día tuve las saldé sobradamente”, defendía en una ocasión Flores, quien asumía: “Todos, en un momento determinado de nuestras vidas, hemos dicho o hecho cosas de las que luego te arrepientes”. Pero la realidad es que los hechos y las declaraciones que recogían la sentencia mencionada eran graves y contiene amenazas como “te voy a estar jodiendo toda la vida hasta que te mueras y acabe contigo” e insultos como “ladrona, secuestradora de niños” o “dueña de calabozo”. Mazón y el PP expresaron que el perfil del candidato sería "un problema" para pactar acuerdos de gobierno en la Comunitat, lo que provocó su renuncia. Sin embargo, lejos de ser castigado por el partido o apartado de la política por estos hechos, Vox premió a Flores entregándole la cabeza de lista por la provincia de Valencia al Congreso, en las elecciones del 23 de julio, y lejos de que el PP diera un paso atrás con la formación ultra, nada les impidió suscribir un acuerdo de gobierno en el que sucumben a sus marcos argumentativos.
A su vez, el candidato a la presidencia del Gobierno de España por el PP, Alberto Núñez Feijóo, justificó las conductas de Flores expresando que había tenido "un divorcio duro", unas palabras que le suscitaron al gallego fortísimas críticas de numerosas asociaciones feministas y de lucha contra la violencia de género.
Así las cosas en la Generalitat, Mazón fue el primer político del Partido Popular en alcanzar un acuerdo de gobierno con la formación de extrema derecha tras las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo. Tras ello, siguieron su ejemplo cientos de ayuntamientos en España que ya están gobernados por este binomio, y en los que ya se están aplicando medidas de carácter reaccionario.