La actualidad política en Cataluña es un vendaval de emociones que generan tal diversidad de situaciones que resulta muy difícil predecir qué va a pasar en las elecciones autonómicas, que se celebrarán en los próximos meses.

El pasado miércoles 29 de enero, Quim Torra anunció el fin de la legislatura que comenzó en 2017 con Carles Puigdemont como president de la Generalitat, a pesar de que fue Inés Arrimadas quien ganó las elecciones. Tres años después, el camino transcurrido por los líderes políticos explica la especial coyuntura que representa la política en Cataluña.

“Es imprescindible volver a pedir el voto a la ciudadanía para ratificar el resultado cosechado en 2017. Esta legislatura ha llegado a su fin”, anunció Torra. Pese a no haber decidido todavía una fecha concreta, la convocatoria de elecciones en Cataluña es un hecho. Y las cosas son muy diferentes al 2017.

La estrategia llevada a cabo por el independentismo en aras de conseguir la ansiada autodeterminación no ha resultado efectiva. Quien fuera elegido presidente, se encuentra fugado y su sustituto no ha aportado nada para ayudar a la convivencia en su territorio. Además, las fuerzas independentistas viven momentos tensos entre ellos y la relación entre ERC y JxCat no atraviesa su mejor momento. Oriol Junqueras cumple condena por rebelión en prisión y Carles Puigdemont, se pasea alegremente por Europa.  Además, a los republicanos les interesa ir a elecciones. Los resultados del 10N son un motivo claro para creer que pueden conseguir la mayoría. Todo apunta a que así será. 

En el bloque constitucionalista, el mayor cambio lo ha sufrido Ciudadanos. Tras ganar las últimas autonómicas, la deriva suicida llevada por Albert Rivera en el ámbito nacional ha perjudicado muy seriamente los intereses de los liberales en la tierra que les vio nacer. Inés Arrimadas ya ha ofrecido al PP concurrir unidos; algo que ya ha agradecido Cayetana Álvarez de Toledo, avanzado así qué futuro le espera a Cs: "La misión histórica de Pablo Casado es reagrupar todo lo que está a la derecha de la izquierda, como hizo Aznar". 

El previsible golpe de Ciudadanos es aprovechado por el PSC, que vuelve a liderar a las fuerzas constitucionalistas. Los socialistas tienen todo a favor para volver a reunir la mayoría de voto no independentista. La duda es saber si será suficiente para poder gobernar o en caso contrario, a quién va a apoyar, si a un gobierno de izquierdas con ERC y los comunes o a la derecha. 

Entre el independentismo y el constitucionalismo se encuentra En Comú Podem. La formación de izquierdas podría ser la llave para conformar un gobierno de izquierdas con ERC y PSOE y apartar del poder a la derecha independentista (JxCat) y la nacional (Cs, PP y Vox).

Finalmente, en los extremos están Vox y la CUP. Resulta obvio que la ultraderecha llegará al Parlament. El número de escaños dependerá de su capacidad de convencer al electorado españolista. Mientras tanto, la CUP también parte con fuerza, después de conseguir dos escaños en las generales de noviembre.

Queda todavía margen de tiempo y las cosas pueden virar de forma radical. Todavía no se conoce a todos los candidatos y el día a día catalán, esconde muchas sorpresas. Sin embargo, a principios del mes de febrero, podemos sacar varias conclusiones teniendo en cuenta esta encuesta de ElPlural.com.

Intención de voto

Todo apunta a que ERC ha conseguido hacerse con la hegemonía entre el electorado independentista. El 22% de los votos, frente al 19% de JxCat, así lo demuestra.

La tercera fuerza y primera de los constitucionalistas es el PSC, que el 18% de los votos. Por otro lado, el bajón de Ciudadanos es evidente. 11,3% de los votos frente al 25,3% de 2017. Por su parte, el PP debe conformarse con un 6,6%, teniendo muy cerca a Vox, que entraría por primera vez al Parlament, gracias a un 5,5% de los votos.

Finalmente, En Comú Podem, conseguiría un 9,2% y la CUP, 6,2%.

Escaños

Tal y como refleja la muestra de ElPlural.com, Esquerra Republicana conseguiría ganar las elecciones con 34 escaños y arrebataría a JxCat el primer puesto entre las fuerzas independentistas. La derecha independentista deberá conformarse con 30 escaños. Un resultado clave para conocer quién será el encargado de diseñar la estrategia de futuro de los catalanes.

El PSC, gracias a conseguir 24 escaños, volvería a tener la mayoría de los constitucionalistas, gracias al llamativo descalabro de Cs. De los 36 escaños que tienen en la actualidad, a perder más de la mitad (15). El PP doblaría sus actuales escaños, llegando a los 8 y Vox entraría por primera vez al Parlament con 5.

Finalmente, los comunes ganarían tres escaños, llegando a los 11. Y la izquierda radical de la CUP llegaría a los ocho escaños, seis más que en la actualidad.