Guardias Civiles en un punto de control. EFE



La Unión de Guardias Civiles (UniónGC) vuelve a denunciar la falta de medios que considera “suficientes e imprescindibles” para la protección de la vida de de los guardias civiles, como es el caso de los chalecos antibala, que el sindicato pedía a la dirección del Cuerpo que fuera dispensado a todos los agentes que realizan su labor en la calle.

El sindicato se ofreció como prestamista
Según la denuncia del sindicato, la Dirección General de la Guardia Civil rechazó su ofrecimiento, presentado por escrito el 22 de enero de 2015, de “diferentes opciones
para la dotación de chalecos antibala” que garanticen “la integridad física” de “todos los guardias civiles que presten servicio en la calle, entre ellas la de ser eventuales prestamistas del Ministerio del Interior”.

Policías de una liga inferior
El sindicato reprocha a la dirección de la Guardia Civil su “indiferencia”, al responder a su petición que “los chalecos anti-bala se encuentran distribuidos entre todas las Unidades con criterio según el potencial de servicio”, ignorando claramente a los agentes y valorando el poco o mucho trabajo que tenga la Unidad”.

“Ante la petición de igualarnos con los policías nacionales”, la respuesta de la dirección de la Guardia Civil es, a juicio del sindicato, que el Ministerio del Interior nos "sigue considerando policías de una liga inferior”. Sobre el ofrecimiento de que la UniónGC actúe como prestamista, la cúpula de la Guardia Civil lo ha considerado “inviable”, que es solo el Cuerpo el que “tiene la capacidad de definir la especificaciones técnicas necesarias para este material y siempre desde una partida presupuestaria habilitada desde los Presupuestos Generales del Estado asignados a la Guardia Civil”.

Denuncias reiteradas
En enero pasado, el sindicato ya había denunciado la situación de los guardias civiles que, según afirmó, está en una "situación próxima a la indigencia" por la carencia de chalecos antibala, un parque antiguo de coches y la falta de cursos de formación vitales, como ejercicios de tiro, y se quejaban de la “situación de abandono” por parte del Ministerio del Interior.