En Las redes de poder en España Andrés Villena Oliver demuestra que la democracia española es una carcasa que oculta y protege los intereses de las élites que ejercen realmente el poder en España. Detalla quiénes son los miembros de esos grupos, denuncia sus complicidades, nos dice de dónde salen y cómo se encuentran, de qué manera dominan no solo la política sino también la economía, los medios de comunicación… Y así pone al descubierto un fenómeno mucho más decisivo y pernicioso que el de las «puertas giratorias».

Se trata de unos grupos pequeños de altos funcionarios, personas vinculadas al poder real, sobre todo al económico, Toman decisiones importantes y lo hacen sin responder ante los ciudadanos ni escucharles. Porque las élites de poder no se presentan a las elecciones ni defienden un programa electoral.

Las Redes de Poder en España
Portada de Las redes de poder en España (editorial Roca)

Los que mandan de verdad defienden sus intereses personales, los de sus amigos y los de las grandes corporaciones. Se interrelacionan formando una compleja red.

Los miembros de esa élite no son en realidad los personajes aislados. No brotan al azar ni como resultado de su inteligencia o cualidades sino porque son las sucesivas prolongaciones de largos árboles genealógicos, la continuación de auténticas sagas.

Como dice en su prólogo Juan Torres López, Catedrático de la Universidad de Sevilla, en estas páginas encontramos «una exposición tan rigurosa como transparente de lo que hay detrás de lo que vemos en la política española. Una realidad que debiera conocer quien no quiera ser manipulado, quien desee ser libre y no una marioneta».

Y añade que su lectura permite «descubrir que las élites que nos gobiernan son en realidad amigos, primos, antiguos compañeros de colegio, hijos o nietos de las mismas familias» que mandaban durante el franquismo e incluso antes. Además, el libro también permite entender cómo, en defensa de sus intereses, «la élite que gobierna España no tiene empacho en poner en peligro la propia supervivencia del Estado, o la vida de sus compatriotas (…) A medida que Villena va tirando del hilo, se comprueba que en España no gobierna realmente quien la gente cree que gobierna, sino una élite muy reducida de personas».