En portada, La Razón titula: “Los policías de Rubalcaba hicieron seguimientos a Ignacio González “extraoficiales”; mientras que en el editorial, “Integridad policial”, el diario retoma las acusaciones de la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, contra el ministerio que dirigió Alfredo Pérez Rubalcaba.

La Razón retoma las acusaciones de Cospedal contra Rubalcaba
“La sospecha de que se utilizaban los Cuerpos de Seguridad para erosionar a la oposición popular alcanzó tal intensidad que hasta la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, lo llegó a denunciar públicamente y señaló al entonces ministro Pérez Rubalcaba. Ahora, podríamos estar ante el afloramiento de un nuevo episodio de esa ‘guerra sucia’ centrado en un líder de la proyección de Ignacio González. Naturalmente, nos negamos a creer que la Policía haya cometido delito alguno. Pero no estamos igual de seguros de quienes fueron sus superiores”, afirma La Razón en su editorial.

Contra los policías
El periódico marianista carga contra el Sindicato Unificado de la Policía (SUP), que ayer desmintió que la investigación sobre el número dos de Aguirre haya sido ilegal, como apuntó Jorge Fernández Díaz. El PSOE pidió su comparecencia urgente para que explique su “ataque” contra la Policía. “No puede decirse que el Sindicato Unificado de la Policía (SUP), de tradicional simpatía socialista, esté contribuyendo a disipar dudas sobre sus propios compañeros (…) El SUP insulta a la inteligencia de sus compañeros y se ríe del buen sentido”, indica el diario.

Visos de no haber sido una investigación escrupulosa
El editorial viene acompañado con una amplia información en la que se subraya que “la investigación policial sobre el uso de un piso en Marbella (Málaga) por parte del vicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, que éste ha insistido por activa y pasiva que sólo lo tiene alquilado y en ningún caso es de su propiedad, tiene visos de no haber sido todo lo escrupulosa que requería”.

"Todo huele a Rubalcaba"
Dos columnistas refuerzan la carga contra el anterior Equipo de Interior. Pedro Narváez, que retoma el tono más agrio de la derecha mediática cuando Rubalcaba estaba en el Gobierno, al escribir que “todo huele a Rubalcaba. Las alcantarillas desprenden el hedor de la política y entre el agua oscura y cabizbaja se esconde el ex vicepresidente transformado en Sauron, Valdemorth, Darth Vader, cualquier malo que le proporcione el poder del anillo o de la magia”. Y Alfonso Merlos que ve en la actuación de las anteriores autoridades socialistas una especie de “Stasi” y “un ejemplo utilización torticera de las instituciones para la perversión misma del Estado de derecho”.

El Mundo también señala a los exresponsables socialistas
En la misma línea que La Razón, el diario El Mundo también destaca en su portada que “los agentes que investigaron a González dicen que la orden fue el máximo jefe de la Policía”, Miguel Ángel Fernández Chico, que no puede defenderse porque ya ha fallecido. Según destaca el diario de Pedro J., era “uno de los hombres de confianza del exministro del Interior, Antonio Camacho”, que sustituyó a Rubalcaba al frente de Interior.

La guerra de El Mundo y González
El Mundo, no obstante, sigue a sus propios intereses al insistir en que la investigación policial existió realmente, lo que fue desvelado por el diario, y negado por Ignacio González, que acusó a El Mundo de hacer “periodismo basura” por esta información y por ofrecer detalles del piso de lujo que, la Policía sospecha, tiene en propiedad el número dos de la Comunidad de Madrid y que supuestamente obtuvo como pago de una comisión.

Camacho y Rubalcaba
Como La Razón, el diario de Pedro J. Ramírez apunta directamente al exministro Camacho y a Rubalcaba. “Cuando se inició la investigación extrajudicial, entre julio y agosto del año pasado, al frente del ministerio del Interior estaba el que fuera mano derecha de Rubalcaba, Antonio Camacho”. Según subraya El Mundo, “la convicción de los investigadores es que los autores de las pesquisas en ningún momento actuaron motu propio, sino siguiendo órdenes”.