El rey emérito está "dolido" y le resulta difícil asumir que a pesar de su papel determinante en la Transición haya sido excluido del homenaje, este miércoles en el Congreso, a quienes la protagonizaron, en el aniversario de las primeras elecciones democráticas tras la dictadura.

Así lo ha trasmitido el rey Juan Carlos a sus más íntimos, según adelantan hoy medios como El Mundo o La Razón. El monarca no ha sido invitado por decisión de la Casa Real, que se ha escudado en razones protocolarias al alegar que era complicado encontrar un sitio para el anterior monarca en el lugar destacado que estaba reservado para su hijo y actual rey..

Hasta las nietas de La Pasionaria
Juan Carlos I ha visto con enfado cómo se ha invitado a muchos, menos a él, y se ha quejado a su entorno que “hasta han invitado a las nietas de La Pasionaria.

Según cuenta el periodista Raúl del Pozo, envió al rey emérito una pregunta: ‘¿No cree Su Majestad que no invitarle a la conmemoración de la Democracia es como no invitar a Napoleón a la conmemoración de la batalla de Austerlitz?’. La respuesta del monarca fue breve, pero lo suficientemente expresiva: "Sí, desde luego".

Un Rey querido por el pueblo
Un amigo de Juan Carlos I ha opinado que no invitarle al homenaje de este miércoles "ha sido un acto de cobardía y de miedo".

Raúl del Pozo cree que se ha negado "por falta de grandeza, el reinado de un demócrata, con un cuerpo mortal lleno de pasiones, pero querido por la mayoría del pueblo".

El Rey Juan Carlos está dolido, molesto, enfadado, según sus íntimos, que creen que "se le debería haber buscado el sitio oportuno, destacado, pero sin hacer sombra a su hijo que ocupaba el lugar de honor. En la tribuna de invitados y con el escudo real a su espalda".

"Él, que pilotó los tiempos difíciles, era el único que faltaba. Algunos de los presentes se sentaron en la Cámara durante unos meses y nada más. Nadie los reconocería y justo él, el Rey, no estaba", critican los amigos del Rey padre.

Una rubia y un elefante 

Dice Raúl del Pozo en su columna de este miércoles: “Fue el vértice del consenso entre las dos Españas para restaurar las libertades y las elecciones libres. Ni tuvo corte ni camarilla ni se rodeó de caqui o de sotanas ni hizo trampas en el tiro de pichón como su abuelito ni pisoteó la Constitución como algunos de sus antepasados y antepasadas, que gachoneaban con los ojos, ni fue uno de aquellos monarcas antidemócratas que hicieron decir a los escritores de la Corte de los Milagros: ‘Si quieres rey, no pidas libertad’. Éste fue el Monarca de la libertad y abdicó por hablarle a una rubia y matar un elefante”.

El País le ha dedicado también líneas al asunto en su editorial, en el que reprocha la ausencia de Juan Carlos I "No es propio de un país agradecido celebrar este aniversario de su democracia sin que estuviera presente una de las personalidades más decisivas en aquel proceso de recuperación de las libertades".