Las autoridades de Somalia han confirmado este miércoles la muerte de una persona y el secuestro de otras cinco que viajaban en un helicóptero de Naciones Unidas (ONU) que tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia en territorio controlado por el grupo islamista Al Shabaab, filial de Al Qaeda.

El ministro de Seguridad del estado de Galmudug, Mohamed Abdi Adan, ha contado a la agencia Bloomberg que la víctima fue abatida cuando intentaba huir del lugar de los hechos. Otras dos personas sí lograron escapar, mientras que el resto fueron tomados como rehenes, después de que el helicóptero se estrellara. "Dos hombres somalíes y varios extranjeros estaban a bordo. También transportaba suministros médicos y se suponía que debía transportar soldados heridos de la región de Galguduud", ha detallado al tiempo el alcalde de la ciudad, Hassan Ali. El helicóptero, que trasladaba personal médico y militar, aterrizó en la ciudad de Haradhere, en la región de Galgaduud después de sufrir problemas técnicos, según varias fuentes a las que ha tenido acceso el portal de noticias Garowe Online. 

A la par, el secuestro del helicóptero ha sido confirmado por fuentes oficiales del ministro de Seguridad de la región de Galmudug, Mohamed Abdi Adan. A pesar de que la ciudad ha sido recientemente liberada del grupo islamista, algunos de sus distritos todavía está bajo su control. El mismo medio de comunicación somalí apunta que la aeronave transportaba también armas, cuyo destino aún no está claro, si bien podrían haber ido a parar a las tropas del Ejército de Somalia, o las de la Misión de Transición de la Unión Africana (ATMIS).

El incidente ha tenido lugar en un momento en el que varias fuerzas de paz desplegadas se están retirando en base al plan de transición del gobierno somalí, y en medio de un repunte de las operaciones de las fuerzas de seguridad locales contra los fundamentalistas en las regiones centrales del país.

La fuerte presencia de Al Shabaab en Somalia

Durante dos décadas, el grupo islamista Al Shabaab ha librado una insurgencia contra el Gobierno somalí en un intento por establecer su propio sistema de control basado en una interpretación más estricta de la ley islámica de la Sharia. Al Shabaab lleva controlando extensiones de tierra en el sur y el centro de Somalia desde estos últimos tiempos y ha seguido atacando a civiles y perpetrando ataques contra establecimientos militares, sembrando el pánico y el temor.

El presidente Hassan Sheikh Mohamud, desde que llegó al poder allá por 2022, lleva intrínseca su promesa de eliminar al grupo tanto militar como financieramente. Para materializar sus garantías, desplegó tropas en áreas que incluyen el centro-sur de Somalia, donde aterrizó el helicóptero. Con la ayuda de drones estadounidenses en el aire y milicias de clanes locales en tierra, liberó docenas de pequeñas ciudades y pueblos, según funcionarios y oficiales de seguridad somalíes. Como respuesta a este postulado, Al Shabaab no ha dudado en continuar con su violenta ofensiva, protagonizando así múltiples ataques contra las fuerzas de seguridad y los civiles de todo el país.