El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha avalado este miércoles la ley del estado de Tennessee que prohíbe que los menores transexuales puedan recibir tratamiento para avanzar en su transición de género, en un simbólico fallo que sienta jurisprudencia para los múltiples frentes judiciales abiertos en todo el país por regulaciones similares.
El Supremo ha hecho valer su mayoría conservadora para rechazar por seis votos a tres el recurso que presentó en su día el Gobierno del demócrata Joe Biden. Casi la mitad de los estados del país tienen leyes similares a la de Tennessee, pero la de este miércoles es la primera sentencia sobre este tema que emana del máximo tribunal norteamericano.
El presidente del Supremo, John Roberts, ha alegado en la resolución que el debate científico y político sobre este tipo de tratamientos ha derivado en "serias dudas" sobre su conveniencia, teniendo en cuenta además que "las implicaciones para todas las partes son profundas", informa la cadena CNN. Además, ha señalado que esta ley, también conocida como SB1, no discrimina a las personas transgénero.
En este sentido, sostiene que la cláusula de la Constitución que garantiza la protección igualitaria de todos los ciudadanos "no resuelve estas discrepancias", lo que sitúa al Alto Tribunal en la órbita de las tesis que siempre ha defendido el actual presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Desde la llegada de Trump a la presidencia a mediados de enero de este año, ha firmado varias órdenes ejecutivas que buscan limitar el reconocimiento de la población transgénero.
Ha prohibido la participación de personas transgénero en el ejército, ha condenado la participación de deportistas transgénero en competiciones del género con el que se identifican y ha exigido la eliminación de programas de diversidad, igualdad e equidad (DEI, según sus siglas en inglés) en universidades públicas. Esto, en parte, ha motivado en parte la ofensiva entre la Casa Blanca y Harvard.
La oposición a la decisión del Supremo
Para la jueza Sonia Sotomayor, representante del bando liberal en el Supremo, la corte "abandona (con su sentencia) a los niños transgénero y a sus familias frente a caprichos políticos". “[Las Cortes] autorizan, sin pensarlo dos veces, incalculables daños a niños transgénero junto con sus amigos y familiares que les quieren”, escribió la jueza. La ley de Tennesse veta la oferta o aplicación de tratamientos de afirmación de género a aquellos menores a los que se les ha diagnosticado con disforia.
Al mismo tiempo, esta ley también tiene consecuencias para aquellas personas que utilizan tratamientos hormonales para otras enfermedades. Familias del estado de Tennesse han denunciado la resolución por violar el derecho de los padres de acceder al cuidado necesario para sus hijos.
Defensores de los derechos de las personas transgénero han argumentado que las afirmaciones de victoria de los jueces son equivocadas. Mientras que el juez Jonathan Skrmetti afirmó en redes sociales que ha sido una “victoria histórica” para “medicina basada en evidencias” y para gobiernos estatales para que “puedan decidir lo que deberían ser las leyes”, estos defensores han señalado que medicamentos, como bloqueadores de la pubertad, son totalmente reversibles y que la prohibición del acceso a estos medicamentos supone mayores riesgos que su aprobación.
El grupo de derechos civiles llamado la Campaña de Derechos Humanos (HRC) ha condenado la decisión del tribunal Supremo: “Esta corte ha decidido permitir interferencia política en una decisión médica que debería ser responsabilidad de los médicos, pacientes y familiares. Esto es una traición cruel a los niños que lo necesitan de aquellos que velan por la justicia cuando más importa”. El Proyecto de Igualdad de Tennessee, otro grupo de defensa de los derechos de la población transgénero, ha mostrado su “profunda decepción” por la decisión de “continuar a erosionar los derechos delos niños transgénero”.