Este miércoles, el Parlamento de Irán ha tomado una decisión que ha bloqueado la carrera política de un diputado suní hacia la vicepresidencia del país. Abdulkarim Hoseinzadé, representante por Naqdé y Ashnoye, enfrentó la negativa de los parlamentarios a aceptar su dimisión del escaño, un requisito indispensable para que pudiera asumir su nuevo cargo como vicepresidente para Desarrollo Rural y Zonas Desfavorecidas. Este cargo le fue propuesto en agosto por el presidente Masud Pezeshkian, conocido por su postura reformista.
El rechazo a la dimisión de Hoseinzadé ha sido comunicado a través de un escueto mensaje en la página web del organismo legislativo, sin proporcionar detalles sobre los motivos que han llevado a los parlamentarios a tomar tal decisión. Este hecho ha puesto en jaque las promesas de Pezeshkian, quien ha mostrado un firme compromiso con la inclusión de las minorías en puestos gubernamentales de alto nivel.
Se trunca la promesa electoral de Pezeshkian
Durante su campaña electoral, Pezeshkian prometió incrementar la representatividad de las minorías en los cargos públicos. De hecho, recientemente nombró a un suní como nuevo gobernador de la provincia de Kurdistán, marcando un hito al ser la primera vez en cerca de 45 años, desde el establecimiento de la República Islámica en 1979, que un miembro de esta rama del islam ocupa tal posición.
La Presidencia, tras este nombramiento, destacó que la medida estaba en consonancia con los esfuerzos del Gobierno para fomentar la armonía y la cohesión social, eligiendo a los candidatos más capacitados sin considerar su religión, etnia o raza. Sin embargo, la reciente decisión del Parlamento plantea dudas sobre la viabilidad de estas promesas de inclusión.