El Parlamento Europeo se encuentra en fase de construcción tras los resultados de las pasadas elecciones del 9 de junio y, en lo que concierne a las principales fuerzas de extrema derecha, hay una batalla abierta por su principal liderazgo.

El primer ministro de Hungría, Víktor Orbán, enfrenta este puesto contra su homóloga italiana, Giorgia Meloni, teniendo a sus respectivos partidos como tercera y cuarta fuerza política de la Eurocámara y que, pese a que confluyen en términos de euroescepticismo y tintes nacionalistas, disputan en las relaciones con respecto a Vladimir Putin en Rusia.

A pesar de que los partidos de extrema derecha, a rasgos generales, confluyen en términos de migración, retórica populista y nacionalismo eran puntos de encuentro más que afianzados, lo cierto es que en los últimos tiempos los conflictos entre ambos por alzarse con el podio y las diferencias históricas y de raíz de los partidos de cada país han ido alejando posturas e incrementando el enfrentamiento.

En este sentido, cabe recordar cómo Orbán ya trató de hacer un llamamiento de unión entre estas formaciones que, finalmente, no dio sus frutos debido a las diferencias de calado de los implicados ante la guerra en Ucrania. Un escenario por el cual el húngaro ha mostrado su acercamiento con el Kremlin.

Por su parte, Meloni ha tratado de conformar pactos con el principal partido conservador y de derechas en el seno europeo, el Partido Popular Europeo (PPE, al que pertenece la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen y partido que se hizo con la victoria en las urnas con 188 escaños), distanciándose así del marco ultra y acercando posturas al cordón sanitario que ha marcado tanto los populares europeos como Socialistas y Demócratas (S&D) y liberales de Renovar Europa (RE).

‘Patriotas por Europa’, la marca de Orbán a la que se ha sumado Vox

La nueva marca política impulsada por el húngaro en el marco parlamentario europeo logró consolidarse este lunes como la tercera fuerza sumando 84 escaños en la Eurocámara, confluyendo en ella hasta doce nacionalidades distintas, incluyéndose la española con la representación de Vox, encabezada por Jorge Buxadé.

El movimiento de los de Santiago Abascal en Europa no fue baladí y, de hecho, ha despertado asperezas en los últimos días. Vox, hasta la fecha, afianzó su compromiso con el partido de la italiana Meloni, Conservadores y Reformistas, teniendo incluso una vicepresidencia asegurada entre sus filas, por lo que este cambio de postura ha abierto aún más la brecha ya ensanchada en el plano de la ultraderecha europea. Según argumentó Vox al dar a conocer la noticia, ahora es el momento de “materializar el encargo de los votantes de crear un gran grupo que se erija como alternativa a la coalición de populares, socialistas y extrema izquierda”.

La suma inesperada de Vox fue clave en la conformación final de ‘Patriotas por Europa’ y, en detrimento, hizo perder los seis eurodiputados de esta formación en favor del lado de Meloni, que ha terminado pasando a cuarta fuerza con 78 escaños.

En todo caso, el primer ministro húngaro tuvo que convencer para que se unieran al proyecto a dos pesos clave en el grupo de ultraderecha Identidad y Democracia (ID), Agrupación Nacional de Marine Le Pen y la Liga Norte de Matteo Salvini. Sin embargo, esta última alianza no trascendió hasta conocer el resultado final las elecciones en Francia, cuya victoria fue para la coalición de izquierdas en detrimento del partido de Le Pen.

Con este telón de fondo, el Hemiciclo acogerá a al menos dos grupos de la extrema derecha, a falta de conocer si algunos de los eurodiputados que figuran como ‘no inscritos’, incluido el partido de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD) que fue expulsado de ID antes de las elecciones, logran tejer una tercera formación.

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