La posibilidad de que se produzca un enfrentamiento armado entre las grandes potencias mundiales sobrevuela en toda la humanidad, sobre todo tras los últimos acontecimientos en Taiwán tras la visita de Nancy Pelosi o la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Estos hechos han creado un peligroso triángulo entre el país dirigido por Vladimir Putin, Estados Unidos y China que, de explotar, afectaría a nivel mundial. Más si cabe si entran en escena las armas nucleares, tal y como ha amenazado el dirigente ruso en algunas ocasiones.

Precisamente esto es lo que ha analizado un estudio publicado este lunes en la revista científica Nature Food, que ha concluido que una guerra nuclear entre Estados Unidos y Rusia provocaría una hambruna global que podría matar a más de 5.000 millones de personas. Esta es la conclusión a la que han llegado climatólogos de la estadounidense Rutgers University, quienes han analizado cómo afectaría a la producción agrícola global el hollín que expulsarían a la atmósfera los fuegos derivados de un conflicto atómico.

Seis escenarios posibles

La investigadora Lili Xia y su equipo han estudiado seis posibles escenarios: cinco de ellos corresponden a guerras nucleares entre India y Pakistán, mientras que el sexto es un gran conflicto entre Rusia y Estados Unidos. De esta forma, los científicos han hecho sus cálculos "en base al tamaño del arsenal nuclear de cada país", detalla esta universidad en un comunicado.

Al introducir sus estimaciones en un modelo climático, los expertos han calculado el impacto que sufriría la producción de cultivos de maíz, arroz, trigo y soja, así como los cambios que sufrirían las tierras de pastoreo y los bancos globales de pesca. Así, bajo el escenario menos dañino, una guerra restringida entre India y Pakistán, la producción media de calorías alimentarias mundial decrecería un 7% en los cinco años siguientes al conflicto. En el peor de los casos, en cambio, esa producción caería un 90% en un periodo de tres o cuatro años.

El 75% del planeta sufriría hambruna

El declive en los cultivos sería especialmente severo en las latitudes medias y altas, incluido en Estados Unidos y Rusia, grandes exportadores de alimentos, lo que tendría un grave impacto en países importadores de África y Oriente Medio. Más del 75% del planeta sufriría hambruna en el peor escenario, según el trabajo liderado por Xia, que especula con la posibilidad de que la producción agrícola ahora destinada a animales podría servir para alimentar a la población humana en un primer momento.

Xia detalló que espera analizar en mayor profundidad los efectos de una guerra nuclear en la cadena alimentaria en futuros trabajos. "La capa de ozono quedaría destruida por el calor en la estratosfera, produciendo más radiación ultravioleta en la superficie. Necesitamos comprender el impacto de ese escenario en la producción de alimentos", detalló la investigadora.