En plena ola antirracista en Estados Unidos, el FBI ha abierto una investigación por la muerte de dos personas negras que han aparecido colgadas de árboles en los últimos días y en distintos puntos de la geografía norteamericana.

Una de las presuntas víctimas fue Robert Fuller, de 24 años, a quien encontraron colgado con una cuerda de un árbol la pasada semana cerca del Ayuntamiento de Palmdale, sita a las afueras de Los Ángeles (California).

En un primer momento se barajó el suicidio como principal hipótesis, pero los familiares así como algunos activistas denunciaron que no podía ser posible.

Finalmente, Alex Villanueva, shérif del condado de Los Ángeles, y el fiscal general de California, Xavier Becerra, se comprometieron a realizar una exhaustiva investigación que aún no ha trascendido.

La hipótesis que se manejó en un primer momento fue el suicidio, pero sus familiares y activistas han denunciado que eso es imposible y la causa oficial de su muerte aún no se ha hecho pública.

La muerte de Fuller ha supuesto una conmoción en la comunidad, máxime cuando se ha conocido que otros dos sucesos semejantes han ocurrido en Houston (Texas) y en Manhattan (Nueva York). Sobre estos dos no se tiene constancia de que el FBI los incluya en el mismo marco.

Sí que investigan la muerte de Malcolm Harsch, de 38 años, en condiciones semejantes a las de Fuller.

Todos estos episodios coinciden en el tiempo con las protestas antirracistas de Estados Unidos provocadas a raíz del deceso de George Floyd a manos de un policía.