La expresidenta de Argentina y actual vicepresidenta, Cristina Kirchner, ha sido condenada a seis años de cárcel y a inhabilitaiacón perpetua para ejercer cargos públicos por administración fraudulenta. La que fuera dos veces presidenta del país estaba siendo investigada junto a otras personas por la presunta corrupción en la obra pública de Santa Cruz, la provincia desde donde ella y su marido, Néstor Kirchner, construyeron su carrera política.

No obstante, los jueces la han absuelto del delito de asociación ilícita, penada con hasta 12 años de cárcel. En el peronismo, y sobre todo la versión kirchnerista, sostienen que están ante la consumación de una larga estrategia contra la dirigente más influyente de Argentina. Concretamente, los tres jueces del Tribunal han descartado la condena por asociación ilícita que había solicitado el mediático fiscal Diego Luciani sin aportar pruebas de esa acusación. No obstante, tras la resolución que la condena a seis años de cárcel, y aunque no es de aplicación inmediata y puede ser recurrida, su futuro político y personal queda comprometido en el medio plazo. También cabe decir que para la propia Kirchner no ha sido una sorpresa este fallo de los jueces, a quien considera “un pelotón de fusilamiento”.

Pese a la condena, Kirchner no irá a la cárcel porque tiene fueron como vicepresidenta, y también puede apelar su condena ante la Corte Suprema, un proceso que puede demorarse años.

Tras darse a conocer el horario en el que se haría pública la sentencia, sobre las 17:30 horas locales, la militancia afín al kirchnerismo se dirigió de inmediato a los tribunales de Comodoro Py, donde se iba a leer el fallo judicial. Esta movilización se organizó para apoyar a la expresidenta, que se enfrentaba a una petición de doce años de prisión por asociación ilícita y fraude.

Ya se esperaba que esta movilización fuese masiva, razón por la que se puso en marcha un importante dispositivo de seguridad en los alrededores de la sede judicial. Fueron algunos de los militantes los que fomentaron la convocatoria a través de las redes sociales con la frase “paremos el golpe”.