Mientras que España impulsó este miércoles un paquete de medidas para intentar frenar la sexta ola del virus, en las que se han incluído el regreso de las mascarillas a exteriores, un reparto mayor de test de antígenos profesionales en farmacias o el refuerzo y mejora de condiciones de los profesionales sanitarios, entre otros muchos puntos, múltiples países europeos ya llevan semanas reforzando sus restricciones para las celebraciones navideñas para hacer frente a sus respectivas explosiones de contagios.

La variante Ómicron del virus se caracteriza por tener una mayor transmisibilidad a diferencia de otras que circulan o han circulado desde el inicio de la pandemia, aunque un estudio por expertos sudafricanos ha determinado que reduce en un 80% el ingreso hospitalario por Covid-19. Sin embargo, los Gobiernos europeos, en su gran mayoría con unas tasas de incidencia iguales o mayores que las que registra actualmente España, con 784 casos este miércoles, han implementado duras restricciones para cortar la transmisión.

Europa contraataca a Ómicron

El 28 de diciembre ha sido la fecha elegida por Alemania para restringir las reuniones privadas a 10 personas, además de cerrar el ocio nocturno y los estadios de fútbol. "Esta pandemia nos preocupa a todos. Todos tenemos quejas y estamos cansados, pero eso no ayuda. Tenemos que unirnos de nuevo y, en muchos casos, mantener la distancia", lamentaba el nuevo canciller, Olaf Scholz, Cabe destacar que Alemania ha señalado hoy a España como un país de alto riesgo por el virus.

Por otro lado, Países Bajos sorprendía la semana pasada al anunciar un confinamiento estricto de su población, el cual tendrá una duración de cuatro semanas, superando así el periodo navideño, por lo que solo los comercios y servicios esenciales permanecerán abiertos. Además, el Gobierno de Rutte limita las reuniones en exteriores a dos personas no convivientes, mientras que en las fiestas navideñas se podrá recibir la visita de cuatro personas en las casas.

Portugal era de los primeros países europeos en adoptar medidas de contención cuando los contagios empezaron a volver a crecer, por lo que declaró su Estado de Calamidad que perdurará hasta la primera semana de enero: teletrabajo obligatorio, cierre de hostelería y ocio nocturno y no más de diez personas en reuniones. "Ante los riesgos de agravar la situación con esta variante ómicron y ya que no hemos completado significativamente el proceso de refuerzo de la vacunación, adoptaremos estas medidas hasta el 10 de enero", explicaba Antonio Costa.

Francia, por su parte, ha pedido a su población limitar sus contactos "al máximo" para evitar positivos en el ámbito más privado. Sin embargo, el Gobierno de Emmanuel Macron aún no ha valorado imponer más restricciones a menos que se de "un recrudecimiento muy fuerte de la epidemia a causa de la variante ómicron".

A pesar de que los contagios diarios en Reino Unido son de los más disparados en Europa, notificando este jueves su máximo histórico con 119.789 casos nuevos de coronavirus en un día, no contempla aplicar nuevas restricciones. El primer ministro británico, Boris Johnson, reconoció que la situación es "extremadamente difícil" y adelantó que está "listo para pasar a la acción si es necesario", en caso de que "la situación se deteriore".

El confinamiento estricto en Austria ha dado sus frutos, ya que el país registra actualmente una incidencia de 188 casos por cada 100.000 habitantes, aunque mantiene por el momento sus restricciones sobre la población no vacunada, los cuales todavían no tienen acceso a la hostelería, discotecas u otros espacios de ocio público.