En agosto de 2023, el asesinato del candidato presidencial ecuatoriano Fernando Villavicencio conmocionó a la nación y atrajo la atención internacional. Villavicencio, un carismático político que prometía combatir la corrupción y el narcotráfico, fue asesinado a tiros durante un evento de campaña, a solo dos semanas de las elecciones. Sus seguidores señalaron al ex presidente Rafael Correa y a su partido como responsables del asesinato, aunque sin pruebas.

La reacción de Estados Unidos fue rápida: el Departamento de Estado ofreció una recompensa millonaria por información sobre los autores intelectuales del asesinato y el FBI envió un equipo para investigar. Sin embargo, recientes filtraciones de mensajes privados, revisados por 'Intercept Brasil' y 'Drop Site News', revelan un motivo oculto tras la intensa implicación de EE.UU.: Villavicencio era un informante del gobierno estadounidense. Los mensajes, supuestamente enviados por la Fiscal General de Ecuador, Diana Salazar, también sugieren que ella contribuyó a construir una narrativa pública que culpaba al partido izquierdista, evitando así su retorno al poder.

Estas revelaciones provienen de una serie de chats filtrados entre Salazar y un exasambleísta ecuatoriano. Drop Site News es el primer medio en inglés en obtener acceso completo a estos registros, que exponen un ataque político motivado contra el partido izquierdista, con el apoyo de EE.UU. A pesar de que algunos mensajes ya han sido reportados por la prensa ecuatoriana, la historia ha sido enterrada, y los medios internacionales han ignorado en gran medida estas filtraciones.

Los mensajes filtrados han desencadenado una investigación en Ecuador y Salazar enfrenta un proceso de destitución en la Asamblea Nacional, liderado principalmente por el partido izquierdista. Además, un abogado criminalista en Florida ha solicitado al Congreso de EE.UU. que investigue a Salazar, alegando que sus acciones violan leyes federales por la revelación de información confidencial de las agencias estadounidenses.

Desde su nombramiento en 2019, Salazar ha sido una aliada clave de Washington en Ecuador, recibiendo reconocimientos del Departamento de Estado y otros organismos. Sin embargo, las filtraciones sugieren que Salazar podría haber retrasado investigaciones contra figuras derechistas mientras aceleraba casos contra políticos de izquierda, lo que respalda las acusaciones de parcialidad política.

Uno de los puntos más sensibles de los mensajes es la revelación de que Villavicencio, asesinado en medio de su campaña, era un informante del gobierno estadounidense. Salazar aparentemente utilizó esta información de manera estratégica, alentando a Ronny Aleaga, un confidente cercano al partido de Correa, a convertirse en testigo colaborador para los fiscales estadounidenses. Además, los mensajes indican que Salazar sabía que un grupo criminal estaba detrás del asesinato de Villavicencio, pero permitió que circulara la teoría de que Correa y sus aliados eran responsables.

La relación entre Salazar y Aleaga, aparentemente rivales políticos, ha generado especulación y misterio en Ecuador. Aleaga ha descrito su relación como de "confianza íntima", aunque no romántica, y ha confesado su confusión sobre por qué Salazar compartía con él información tan sensible. Ambos intercambiaban mensajes a través de una plataforma de mensajería cifrada, y Aleaga grababa las conversaciones como evidencia.

En un momento crucial para Ecuador, marcado por la creciente violencia del narcotráfico y la crisis política, estas filtraciones llegan en un momento donde el país lucha por definir su futuro. El presidente actual, Daniel Noboa, ha adoptado un enfoque militarizado respaldado por EE.UU. para combatir el crimen organizado, mientras que Salazar continúa persiguiendo casos de corrupción y narcotráfico.

Las filtraciones revelan un patrón de intervención de EE.UU. en los asuntos internos de Ecuador, similar al visto en otros países de América Latina en la última década. Estas intervenciones han beneficiado a corporaciones estadounidenses y aliados locales de derecha, mientras que han causado estragos políticos y sociales en la región.

Llueve sobre mojado en Ecuador

Entre las acusaciones más graves que emergen de los mensajes filtrados se encuentran varias acciones que han generado preocupación sobre la imparcialidad y el uso del poder por parte de la fiscal general Diana Salazar. Uno de los puntos más destacados es la posible demora en investigar a empresarios vinculados al expresidente derechista Guillermo Lasso, lo que sugiere una manipulación estratégica para afectar negativamente a los candidatos de izquierda durante las elecciones de 2023. Esta demora podría haber sido un intento deliberado de influir en el resultado electoral, perjudicando las posibilidades de los opositores políticos de la derecha. Además, los mensajes revelan que Salazar admitió que el gobierno de Estados Unidos no quería que el partido de Rafael Correa, Movimiento Revolución Ciudadana (RC), ganara las elecciones. Esta declaración refuerza las sospechas de intervención extranjera en los asuntos internos de Ecuador, con el objetivo de mantener el control político favorable a los intereses estadounidenses.

Otro aspecto inquietante es la advertencia que Salazar hizo a Ronny Aleaga sobre una investigación inminente en su contra, alentándolo a huir del país antes de que se emitiera una orden de arresto. Finalmente, se acusa al FBI de haber eliminado información sensible del teléfono de Villavicencio durante la investigación de su asesinato, lo que plantea serias dudas sobre la integridad del proceso judicial. Estas revelaciones añaden una nueva y preocupante dimensión a la ya compleja crisis política en Ecuador, con posibles repercusiones que podrían extenderse más allá de las fronteras del país y afectar las relaciones internacionales y la estabilidad regional.

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