Donald Trump intentó hacerse con datos electorales "sensibles" en los comicios de 2020. Según ha publicado este lunes el diario The Washington Post, los abogados del que fuera presidente de Estados Unidos de 2017 a 2021 habrían intentado robar información de las máquinas de conteo del sufragio, en el que el magnate obtuvo una sonada derrota.

Tal y como afirma el rotativo, el equipo de defensores del republicano contrataron a unos expertos informáticos para copiar datos que han calificado de "sensibles" de los sistemas electorales en estados clave como Georgia, Nevada y Michigan. Los representantes del exmandatario presuntamente pagaron por adelantado a los informáticos, de la firma forense Sullivan Strickler, con cantidades que llegan en uno de los casos hasta los 26.000 dólares.

Intentos de invalidar los resultados

A partir de unos correos electrónicos entre los abogados y los técnicos, el Post relata cómo la letrada Sidney Powell envió a un grupo de estos profesionales hasta Michigan para hacerse con datos sobre las elecciones de ese año de un condado rural y del área de Detroit. Al mismo tiempo, otro abogado hizo lo mismo para Nevada, y el día 7 de enero de 2021 -justo después del asalto al Capitolio- se les envió al sur de Georgia.

Este mismo lunes se ha conocido que el que fuera abogado personal de Trump, Rudy Giuliani, está siendo investigado en el estado de Georgia por su implicación en los intentos del expresidente de invalidar los resultados de las elecciones de 2020, en las que perdió ante el actual mandatario, Joe Biden. Giuliani, cuyas teorías conspiratorias sobre una presunta interferencia a favor de los demócratas en los comicios han sido objeto de la investigación criminal que lidera la fiscal del condado de Fulton, Fani Willis, tendrá que comparecer ante un gran jurado en la localidad de Atlanta.

Además, los correos electrónicos revisados por The Washington Post apuntan que Powell le dijo a Strickler que compartiera los datos que obtuvieron de las máquinas de conteo con otros círculos cercanos al entonces todavía presidente, algunos de los cuales siguen impulsando abiertamente hoy en día teorías de la conspiración sobre las elecciones de ese año, que precipitaron la salida de Trump del poder.

Investigaciones por "presiones"

Desde el pasado mes de mayo, un gran jurado especial en Atlanta analiza si el expresidente y otras personas cometieron crímenes al presionar a los políticos de ese estado en relación con los resultados de los comicios. También este lunes, un juez federal ha rechazado el intento del senador republicano Lindsey Graham de no comparecer ante el jurado especial, por lo que tendrá que declarar el próximo 23 de agosto para responder sobre dos presuntas llamadas telefónicas que realizó a funcionarios electorales de Georgia.

Las autoridades estatales también han abierto investigaciones criminales en Michigan, donde analizan un caso que involucra a varias personas según aparecen en las pruebas recientes. Según esto, la republicana Tina Peters fue acusada por suplantación y por tratar de influir en un funcionario público en el condado de Mesa, en Colorado.

En Georgia y otros estados de EEUU, los grandes jurados especiales no pueden emitir acusaciones criminales, pero sí tienen poder para exigir la comparecencia de testigos bajo citación judicial y la transferencia de documentos, dentro de un proceso que transcurre en secreto. Al terminar su cometido, ese tipo de jurados -compuestos por entre 16 y 23 personas- emiten un informe con sus conclusiones y a veces recomiendan una medida u otra, pero corresponde a los fiscales decidir si acusan o no, algo para lo que necesitarían presentar pruebas a otro gran jurado.