El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, se encuentra en una posición política cada vez más complicada, pues la oposición israelí, liderada por Yair Lapid, muestra una ventaja significativa de casi treinta escaños en unas hipotéticas elecciones legislativas, según ha revelado una reciente encuesta realizada por Leyzer Research y Panel4All, publicada por el diario Maariv.

El sondeo predice que el partido Likud de Netanyahu ganaría dos escaños a expensas de Unidad Nacional, el partido de Benny Gantz, su principal aliado en el actual gobierno frente a Hamás. No obstante, la oposición se impondría con un abrumador total de 74 escaños en la Knesset, frente a los 46 de la coalición de ultraderecha de Netanyahu, logrando una contundente mayoría al ser la cámara de 110 escaños.

Uno de los elementos destacados de la encuesta es la percepción de liderazgo. El 49% de los encuestados considera a Benny Gantz, exministro de Defensa y antiguo jefe del Estado Mayor, como un líder más capacitado que Netanyahu. En contraste, solo el 32% de los encuestados ve a Netanyahu como la mejor opción para dirigir el Gobierno israelí, según el sondeo del Maariv.

Cabe señalar que, aunque también formaba parte de la oposición frente al primer ministro Benjamin Netanyahu por el partido Unidad Nacional, Gantz está actualmente integrado en el gabinete de emergencia promovido por el líder del gobierno israelí constituido con el propósito de consolidar esfuerzos y prevenir desacuerdos internos en medio de la ofensiva de Hamás y la posterior acción militar de las Fuerzas de Defensa de Israel en Gaza.

La crisis política interna de Netanyahu se ve exacerbada por la opinión pública respecto a unas posibles elecciones. Un 45% de los israelíes encuestados respalda la idea de celebrar elecciones tan pronto como se acuerde un alto el fuego entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza. Este resultado refleja la creciente insatisfacción y descontento en el país en medio de la continua crisis en la región.

En el interior de sus fronteras, Netanyahu concentra críticas por no lograr el retorno de todos los rehenes secuestrados por Hamás, lo que ha aumentado la presión sobre su liderazgo y ha contribuido a la erosión de su popularidad entre los ciudadanos israelíes.

Mientras, el primer ministro israelí también se encuentra bajo la lupa internacional debido a las acciones tomadas en el conflicto con Hamás. La Corte Internacional de Justicia está supervisando el enfrentamiento, expresando preocupaciones sobre posibles intenciones genocidas por parte de Israel.

En resumen, Netanyahu se encuentra en una encrucijada política y reputacional, enfrentando desafíos tanto a nivel interno como internacional. La oposición fortalecida y las tensiones en la región amenazan con desestabilizar aún más el gobierno, mientras la Corte Internacional de Justicia observa de cerca las acciones en el conflicto con Hamás. El futuro político de Netanyahu parece cada vez más incierto en un momento crítico para Israel.

A su vez, la Franja de Gaza continúa en una situación devastadora. El Ministerio de Sanidad de Gaza ha informado este viernes de que el balance provisional de fallecidos desde el inicio de la ofensiva militar israelí, que comenzó el 7 de octubre en respuesta a los ataques de Hamás, ha superado los 27.100, con 66.287 heridos. En las últimas 24 horas, se han denunciado "13 masacres" perpetradas por Israel, cobrándose la vida de al menos 112 personas, según las autoridades gazatíes, cuyas cifras respalda la ONU.