Así de crudo hablan de la realeza analistas australianos que durante años han seguido el recorrido de reyes y reinas. Hugh Riminton, primer editor del grupo periodístico 9NEWS y que acudió al proceso de la coronación del rey Carlos III y la reina Camila dijo que el "juego" de la monarquía  estaba en vías de desintegrarse tras ver a la segunda reaparecer en el balcón ataviada con unas extravagantes alhajas.  

Cabe destacar que casi todos los dominios de la monarquía en el Caribe estaban en proceso de cortar alianzas con la Corona. Irónicamente, Australia, que también sustenta todos los derechos de la realeza británica bajo el gobierno laborista de Anthony Albanese, nombró a un ministro del gabinete para encargarse del proceso de conversión republicana. Un trámite que, según algunos analistas, no avanzará mucho mientras que no se celebre el referéndum para que los aborígenes puedan tener voz en el Parlamento federal con el fin presentar sus inquietudes y aspiraciones.

Indagando más en el estudio que llevó a cabo en analista australiano sobre la monarquía británica, éste también pone el acento en las edades del rey Carlos III y Camila; y es que para ellos, la jornada de la coronación quizás sea el último gran día de sus vidas dado que, poco a poco, irán envejeciendo sin poder asistir a muchas de las celebraciones que requieran su presencia.

¿Valió la pena el dinero invertido?

Las encuestas muestran que los ciudadanos están descontentos por los costes de la coronación. Según los resultados, dos de cada cinco personas manifiestan que había sido una manera “absurda” de perder dinero. Por otro lado, a dos de cada tres británicos no les importó nada lo que costara el acontecimiento de su Majestad.

El analista australiano Rob Harris habla en su análisis del coste de vida de los británicos. En este sentido, subraya que la inflación ha subido a pasos agigantados en Reino Unido, con precios en la cesta de la compra que han subido en un 18%, mientras que los productos en lata han hecho lo propio en un 12%. A todo esto, añade el articulista, hay que considerar los millones que se ha gastado el gobierno a costa de los contribuyentes que pagan Impuestos. Finalmente, subraya Rob Harris, lo positivo es la gran cantidad de dinero que genera la realeza a la economía británica.

El primer ministro australiano evita las preguntas

En el diálogo que mantuvieron Anthony Albanese y Carlos III poco antes de la coronación, los periodistas enviados a Londres preguntaron al mandatario australiano si iba a realizar el ritual de juramento de lealtad al rey. Albanese no respondió de inmediato y replicó que únicamente había ido a la ceremonia porque la coronación era un evento muy importante. Además, añadió que le gustaría invitar al rey a hacer un viaje a Australia.

Las declaraciones del primer ministro no fueron bien encajadas por el presidente del movimiento republicano en Australia, Craig Foster. El dirigente de la oposición fue muy contundente y replicó que el Ejecutivo debería centrarse en que Australia se convirtiera en una república.

En otro contexto, Craig Foster, ex jugador de fútbol de gran reputación y árbitro, cargó contra Albanese diciendo que ya es hora que el mandatario australiano proponga un referéndum para que el jefe de Estado sea un ciudadano australiano. En esta línea, los últimos sondeos del mes de abril reflejan que el 60% de los encuestados prefieren un sistema republicano mientras que el 40% apoya a la monarquía.

Coronaciones de Carlos III e Isabel II

El sábado pasado, con un tiempo horrible con aguaceros y tormentas, millones de australianos se refugiaron en sus casas para ver la ceremonia en directo a través de las pantallas de la televisión. Otros, sin embargo, acudieron a los pubs.

Repasando los 70 años que vivió en el trono el día de su coronación, en el año 1953 con Isabel II como protagonista la ciudad de Melbourne fue realmente asombroso si se compara con la del sábado pasado. Los cronistas de la época escribieron largo y tendido sobre el solemne acontecimiento. Alrededor de medio millón de personas  de todas las edades celebraron la jornada en plazas y calles de la ciudad engalanadas con luces, cintas y coronas, cantando, bailando, y acudiendo a las iglesias, para rezar por el advenimiento de su majestad. Tan entusiasmados vivieron el acontecimiento que la policía rescató más de 500 niños perdidos que, felizmente, fueron devueltos a sus padres.