Corren tiempo convulsos (y aciagos) en Bolivia. La autoproclamada presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez, ha defendido este miércoles su legitimidad, negando el "golpe de Estado" que denuncian el ya ex mandatario Evo Morales y sus aliados, prometiendo que solo se mantendrá en el cargo el tiempo necesario para celebrar unas nuevas elecciones que pongan fin a la crisis abierta tras los últimos comicios.

"En Bolivia no hay un golpe de Estado, hay una reposición del orden constitucional", ha aseverado la vicepresidenta segunda del Senado en un mensaje a la nación, según informa la prensa local. En este sentido, ha recordado que ha recibido el respaldo del Tribunal Constitucional, de las Fuerzas Armadas y de la Policía "con la única voluntad de regenerar democráticamente el país".

Pero sea como fuera, su figura está dando mucho que hablar, no solo por haber tomado los mandos del país. En primer lugar, en las redes sociales se está viralizando un tuit racista publicado en el año 2013 contra indígenas bolivianos: “Sueño con una Bolivia libre de ritos satánico indígenas, la ciudad no es para los indios que se vayan al altiplano o al chacho”.

Este mensaje ha sido duramente criticado, con comentarios de todo tipo. También se ha comentado el vídeo en el que Áñez, seguida por varios feligreses al grito de “si se pudo” y “viva nuestra presidenta”, entró al palacio presidencial con una gran Biblia sosteniéndola en alto.

La cifra de muertos en las protestas asciende a 10

El director del Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF) de Bolivia, Andrés Flores, ha informado este miércoles de que la cifra de muertos durante las protestas tras las elecciones en el país ha ascendido a diez, de los cuales ocho murieron por proyectil de arma de fuego.

"El IDIF realizó la valoración forense de 10 cuerpos a nivel nacional, cuatro son de Santa Cruz, tres de Cochabamba, dos de La Paz y uno de Potosí. Del total de casos, ocho perdieron la vida por proyectil de arma de fuego", ha informado Flores.

Líneas de su mandato y nuevo alto mando militar

Áñez ha avanzado que los dos objetivos de su mandato temporal serán, por un lado, derogar la sentencia del Tribunal Constitucional que avaló a Morales para aspirar a una nueva reelección a pesar de que el referéndum celebrado el 21 de febrero de 2017 le cerró esta vía.

En segundo lugar, ha prometido "la convocatoria a elecciones generales en el tiempo más breve posible, tal y como lo establece la Constitución", asegurando que será un proceso electoral "limpio" en el que podrán participar "todos ciudadanos que cumplan los requisitos constitucionales".

Así, ha urgido a los empleados públicos a "retornar inmediatamente a sus puestos" y a los "cargos públicos" a "ponerse a disposición del nuevo Gobierno ya sea para arbitrar la sucesión o la continuidad en el puesto" para que Bolivia recobre cuanto antes la "normalidad".

Áñez también ha querido mandar un mensaje a la comunidad internacional. "Les pido tranquilidad (...). He asumido la Presidencia para limpiar las instituciones que perpetuaron el fraude. No aceptaré ninguna salida a la crisis que no sea la democrática en el marco de nuestras leyes", se ha comprometido.

Asimismo, Áñez ha designado este miércoles al nuevo mando de las Fuerzas Armadas, después de sostener una serie de reuniones con la cúpula militar.

La presidenta interna ha defendido igualmente este paso aseverando que "en estas designaciones se ha respetado la institucionalidad de las Fuerzas Armadas" porque "se ha designado a los oficiales mejor calificados".