La maquinaria electoral en Cataluña ya se ha puesto en marcha. La pandemia de coronavirus paralizó el proceso de elecciones que el ya expresidente de la Generalitat, Quim Torra, había adelantado, aunque sin concretar fecha. Su inhabiltación por desobediencia por parte del Tribunal Supremo ha acelerado los plazos y el president del Parlament, Roger Torrent, ha citado a los catalanes para el 14 de febrero. Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) tiempo ha que lidera las encuestas y su estrategia pasaba por el pragmatismo frente al realismo mágico de Junts y Carles Puigdemont. Sin embargo, la negociación de los Presupuestos de Pedro Sánchez con Ciudadanos, la inhabilitación de Torra y el anquilosamiento de la mesa de diálogo han comprometido la campaña de los republicanos catalanes.

Fuentes internas consultadas por ElPlural.com admiten que su objetivo era arrancar acuerdos sociales al Gobierno para los Presupuestos al tiempo que presentaban las reuniones de la mesa de diálogo como el mayor éxito tangible del independentismo hasta la fecha. 

Ya en la investidura del Gobierno de coalición, Gabriel Rufián fue cristalino: “Si no hay mesa, no hay legislatura”. Con estas palabras Esquerra vinculaba la colaboración parlamentaria al desarrollo de los trabajos en la mesa de diálogo arrancada a Sánchez. Es el mayor activo con el que cuenta ERC de cara unas elecciones autonómicas. Su objetivo, de hecho, era controlar a Quim Torra para que no dinamitara la mesa, reunirse de manera periódica y llegar a la Generalitat para pilotar las negociaciones. Sin embargo, la mesa ha caído en barrena. Torra anunció su congelación hasta el cese de “las hostilidades del Estado”, haciendo referencia a la revocación del tercer grado a los presos independentistas; pero además, el president en funciones, Pere Aragonès, ha emplazado al Gobierno central a reunir la mesa una vez celebradas las elecciones, pues Torra ya no forma parte de la ecuación.

A una mesa encallada se le ha sumado otro problema: los Presupuestos. Desde que Sánchez se acercara a Inés Arrimadas para aprobar la prórroga del estado de alarma la relación con Ciudadanos ha mejorado considerablemente hasta el punto de que el presidente considera que deben ser sus socios prioritarios, además de Unidas Podemos.

Rufián ya ha advertido de que no formará parte de la ecuación si los naranjas se encuentran al otro lado de la mesa, ultimátum que no parece perturbar a Sánchez, que sigue en sus trece. Ante este tapete, según confirman fuentes de ERC a este periódico, se está conminando a Pablo Iglesias a presionar a Sánchez para que apruebe los Presupuestos con el bloque de la investidura y no con la bancada naranja.

Sin embargo, las mismas fuentes admiten que de momento no han tenido éxito, pues “Iglesias tiene un objetivo, que haya Presupuestos a cualquier precio”; y “mientras se cumpla lo pactado en el programa de investidura le es indiferente si Ciudadanos se suma”. “De momento, es decepcionante”, lamentan.

Así las cosas, cualquier intentona de Esquerra de negociar unos Presupuestos en los que está presente la derecha será utilizado por Junts en su contra. “En Cataluña hay una pinza electoral en la que nosotros somos el rival a batir. Tanto para Podemos, como para PSOE, Junto y la CUP”, dicen, y argumentan que “recuerdo que la segunda máxima institución catalana, la diputación de Barcelona, fue pactada por PSC y Junts”.

JxCat tratará de presentar las elecciones en clave plebiscitaria tras la inhabilitación de Torra, y con la mesa paralizada y unos Presupuestos a los que no se pueden acercar, ERC ha asistido al desmoronamiento de su estrategia electoral.