De plena actualidad a raíz de su autobús con los mensajes tránsfobos, Hazte Oír lleva muchos años en el punto de mira. Fue el 7 de marzo de 2012 cuando en el ELPLURAL.COM denunciamos por primera vez los vínculos de Hazte Oír, dirigida por Ignacio Arsuaga, con El Yunque. Se trata de los mismos colectivos que lideraron, en su momento, las manifestaciones contra el aborto, el matrimonio homosexual o la laicidad del Estado durante el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

Dimos cuenta entonces de una demanda a en la que se denunciaba cómo esas asociaciones actuaban "con velo de legalidad, para influir, crear opinión, inducir en las conciencias y manipular a la sociedad española”. Según el demandante, dichos colectivos forman parte de El Yunque, movimiento de extrema derecha que busca el reinado de Dios en la tierra y lucha contra los homosexuales, ateos, inmigrantes o judíos.  

Desde un primer momento la estrategia de estas organizaciones fue negar la mayor amenazando con llevar a ELPLURAL.COM a los tribunales. No consiguieron amedrentarnos y nuestro compañero José María Garrido siguió adelante con las informaciones. A lo largo de estos años, destapamos cómo el Juzgado de Primera Instancia número 48 de Madrid dio  por  “acreditada” la relación de miembros de Hazte Oír con la sociedad secreta y paramilitar El Yunque

Esta organización, que se mostraba dispuesta a "derramar sangre por Dios", tuvo también el apoyo de una parte de la jerarquía católica, con el arzobispo Rouco Varela remando a su favor, en contraste con la actitud de obispos como el de Toledo o Getafe, quienes prohibieron a Hazte Oír el acceso a sus diócesis (parroquias, delegaciones diocesanas…) para que “no puedan dar a conocer o promover sus iniciativas”.

Otros obispos tampoco han dudado en renegar de la asociación a la que el Gobierno califica de “utilidad pública”. Por ejemplo, José Ignacio Munilla ha pedido públicamente a Hazte Oír que dejaran de existir como sociedad secreta; Ricardo Blázquez se ha negado a recibir o colaborar con las actividades de CrossRoads, “la asociación de captación para el Yunque de los jóvenes que peregrinan a Santiago de Compostela”; y Carlos Osoro ha abogado porque los católicos se desapunten rápidamente de Hazte Oír.

Tal y como informó ELPLURAL.COM, católicos con importantes responsabilidades publicas también se han movilizado contra Hazte Oír. El caso más conocido es el del periodista especializado en información religiosa, Santiago Mata, quien ha publicado El Yunque en España. La sociedad secreta que divide a los católicos (Editorial Amanecer), libro en el que acusa a la asociación declarada por el ministerio de Interior de “utilidad pública” de tener entre sus objetivos la “captación de menores y jóvenes”.

Miembros de Hazte Oír en una foto de archivo.

El documento sobre Hazte Oír
Otro de los católicos que más se ha movilizado contra Hazte Oír ha sido Fernando López Luengos, autor del documento de 64 páginas que fue presentado en 2010 a la Conferencia Episcopal para su estudio y análisis, con el objetivo de denunciar los "métodos de control, infiltración y ocultación" que presuntamente realizan las asociaciones que actúan en España como altavoz de El Yunque. 

Según este informe, al que tuvo acceso ELPLURAL.COM, El Yunque ha conseguido introducirse en las principales estructuras de poder de nuestro país. “Se han introducido en estructuras mediáticas (hay miembros del Yunque en Intereconomía y en ‘La Gaceta’ y existen indicios de infiltración en TeleMadrid y en La Razón), partidos políticos (algunos asesores del PP, infiltración en Comunión Tradicionalista Carlista) en la Universidad, movimientos eclesiales y en varios órganos diocesanos”.

El Yunque ha conseguido este alto grado de penetración en la sociedad gracias a su férrea organización interna. Según López Luengos, parte del éxito radica en la división de funciones. “Si la acción prioritaria de los adultos parece ser la ocupación de parcelas de poder infiltrándose en distintas realidades sociales, religiosas, políticas o mediáticas, a los jóvenes se les explica que deben aprovechar su juventud para afiliar, es decir, captar candidatos”.

 “En las primeras fases los candidatos -a formar parte de El Yunque tras ser captados- son invitados a actividades de asociaciones tapaderas -como excursiones a la montaña o acampadas- en las que en ningún momento se les informa de la existencia del Yunque. Este proceso puede durar meses. A lo largo de este tiempo el orgánico (miembro del Yunque) que le ha captado tiene la obligación de investigar en profundidad todos sus datos personales: entorno familiar, gustos, costumbres, hábitos, orientación ideológica, prácticas religiosas…”, se expone en el informe que fue enviado en 2010 a monseñor Rouco Varela.

Espiando a las parroquias e investigando a los obispos
Todos los datos observados sobre las personas o entidades investigadas deben ser plasmados en “fichas” que los miembros del Yunque “deben rellenar con datos de amigos, conocidos o familiares, o también sobre asociaciones, movimientos eclesiales o parroquias cuya actividad tenga algún interés para los fines de la organización”. López Luengos deja claro en su informe que se hacen fichas “tanto de realidades o personas amigas como de realidades o personas enemigas”. Después, “toda esa información es centralizada en el Centro de Documentación de la organización”. 

Para López Luengos no cabe duda de que “obtener datos de las personas” y de todo el que tenga “algún contacto” con el movimiento es una tarea esencial para El Yunque. Por ello “cuando ponen en funcionamiento una iniciativa (por ejemplo una plataforma) aprovechan toda la información de la gente que entra en contacto con ellos y elaboran informes con sus datos: una conversación, una inscripción en una actividad sirven para obtener información que será puntualmente pasada por escrito”. A este respecto, el informe enviado a Rouco Varela es tajante: “Con todos los datos obtenidos se elabora un perfil de cada persona y que incluye a los propios obispos, su sensibilidad, su actitud hacía temas de interés para la organización…” Así, “cuando la organización decide ponerse en contacto con algún responsable eclesial, saben ya de antemano cuál es su sensibilidad hacía los temas que son de su interés”. 

Para ser más efectivos en sus tareas de espionaje, El Yunque ha llegado a facilitar a sus miembros un documento en el que se explican una serie de “normas” básicas para elaborar informes. “Redactar la información en tercera persona como si fuésemos espectadores de lo que está ocurriendo”, “redactar la información con los mismos criterios que utiliza un periodista al escribir una noticia”, o  aportar “evidencia y garantías”, son algunos de los consejos emitidos a los miembros de esta asociación paramilitar y secreta que en la última década ha incrementado enormemente su actividad en España.

Y es que El Yunque se toma tan enserio la labor de investigación que presuntamente incluso distribuyó un “guión de informe” a sus miembros. Su objetivo es que en cada ficha se redacte la información de un modo esquemático. La clave está en responder a una serie de cuestiones básicas como “qué”, “quién”, “cuándo”, “dónde”, “cómo”, o “por qué”.

Documento que supuestamente utilizaba El Yunque para investigar a diferentes personalidades