Al ministro de Economía Luis de Guindos le quedan, como diría el rey emérito, "dos telediarios" en el cargo después de que el Eurogrupo le haya dado su apoyo para ser el nuevo vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE), tras retirarse el candidato irlandés. El ministro irlandés dijo que su Gobierno considera que “es muy importante, dado lo importante que es el papel del vicepresidente del BCE, que la decisión se tome por consenso”.

Las primeras palabras del designado han sido a su salida de la misma reunión de los ministros económicos de la zona Euro, el Eurogrupo, en Bruselas, donde ha anunciado que "en los próximos días" presentará su dimisión como ministros del gabinete de Mariano Rajoy. Además, ha querido agradecer al presidente del Gobierno su apoyo, porque "sin él no hubiera sido posible" su nombramiento, agradecimiento que ha hechos extensible a los países que le han apoyado y al candidato irlandés. 

Para De Guindos, su nombramiento es "un cierto reconocimiento" tras perderlo en 2012 cuando "la reputación de España estaba en otro entorno", recordando los buenos datos macroeconómicos que está marcando el país actualmente, con lo que "ha recuperado muchísimo prestigio" a nivel internacional. El aún ministro de Economía considera su nuevo cargo "un desafío" y lo ha aceptado "con humildad".

Pero, ¿quién le sustituirá? Varios nombres suenan para las quinielas. Algunos de dentro del gabinete, como Álvaro Nadal, ministro de Energía y Turismo. O Isabel García Tejerina, ministra de Agricultura, a la que han preguntada hoy en Bruselas si se ve como sustituta. Sin embargo, a El Plural le dan otro nombre: el de Román Escolano. Algo que cuadra más con el espíritu de Mariano Rajoy, pues supondría no tener que remover los cargos de su Consejo de Ministros.

Escolano es un técnico comercial y economista del Estado, del perfil de altos funcionarios y tecnócratas que suelen abundar en la administración actual. 

La elección de De Guindos como segundo en el BCE rompe con todas las peticiones realizadas para este cargo desde el Parlamento Europeo, donde se pidió que fuese ocupado por una mujer y tecnócrata. También supone una victoria, aunque a medias, para el propio De Guindos y para la diplomacia española ya que en un principio se quiso llevar al ministro español a la presidencia del Eurogrupo, candidatura que retiró en noviembre ante la falta de apoyos. Pero con este nuevo destino para De Guindos, España recupera un puesto de peso en las instituciones europeas, donde ha estado muy ausente en los últimos años. El precio, según se ha señalado, sería apoyar al candidato alemán Jens Weidmann a la presidencia del Banco Central Europeo el año próximo.