En una bronca y mil veces cortada comparecencia, Francisco Granados se ha dirigido desde la cárcel a la Asamblea de Madrid dentro de la comisión de Investigación sobre la corrupción política en la Comunidad de Madrid.En concreto ha comparecido para explicar la llamada trama del espionaje. Granados, encarcelado como presunto cabecilla de la trama Púnica, ha dicho que desconocía los seguimientos a políticos y que, aunque conocía a los guardias civiles acusados de este asunto, no tuvo trato personal con ellos. 

Granados ha responsabilizado del "operativo de contravigilancia y de escolta" al entonces vicepresidente de la Comunidad de Madrid. "Si usted lo que me pregunta es si ese operativo de contravigilancia y de escolta se montó a petición del señor González, la respuesta es sí; si me dice que si ese dispositivo era de supuesto espionaje, la respuesta es no", ha respondido.

Bronca comparecencia

La declaración de Granados se ha caracterizado por las continuas interrupciones, tanto por parte del exvicepresidente como por parte de la presidenta de la Comisión y de los portavoces que han intentado que Granados no se fuese por las ramas. “Una cosa es contestar a las preguntas y otra es que me suelte el mitin” llegó a afirmar el portavoz de Ciudadanos. Y es que, durante su intervención, se ha empeñado en defender su inocencia de la Púnica.

La presidenta de la comisión ha tenido que cortar varias veces a Granados, incluso retirando el sonido de su videoconferencia hasta en dos ocasiones, para que respondiese con un seco “no” a la pregunta de si era él el único responsable de las escuchas a políticos madrileños.

La Comisión de investigación sobre la corrupción en la Asamblea de Madrid - EFE

Maltratado por el Estado

Todas las veces que Granados ha intentado desviar el tema ha sido para defender lo que, a su juicio, son las muchas violaciones de sus derechos que ha sufrido en su detención, llegando a decir que estaba “decepcionado y maltratado por el estado de derecho” y que lleva en prisión dos años y medio sin saber de qué se le acusa, así como que se le detuvo "delante de mi hija" y se le obligó a estar a pasar cinco días en un calabozo sin que un juez le tomase declaración.

Incluso ha cargado contra sus compañeros del Partido Popular a los que ha acusado de atacarle más que desde la oposición “pensando en que da votos”.

Sapo o rana

Durante su comparecencia también le han preguntado qué pensaba de su exjefa, Esperanza Aguirre, y de calificarlo de la única “rana” que le salió de los muchos cargos que nombró. Granados ha dicho que “de zoología no hablo, me parece que es poco serio”, pero ha puesto en duda “que la señora Aguirre dijera que yo era un sapo que le salió en la Púnica”.