El diputado de Vox y candidato a las elecciones catalanas, Ignacio Garriga, ha sido el encargado de dar el pistoletazo de salida a la moción de censura contra el Gobierno de Pedro Sánchez. Los de Santiago Abascal justificaron la moción esgrimiendo la “gestión criminal del Gobierno socialcomunista” de la pandemia de coronavirus. Sin embargo, Garriga ha recurrido a los hits más célebres de la ultraderecha y hubo que esperar 32 minutos de discurso sobre “ETA”, “menas”, inmigración, islamismo, Gibraltar, Venezuela y “las cartillas de racionamiento” para encontrar la primera referencia al Covid-19.

Garriga comenzó su intervención alegando que la moción “no es una operación de marketing”, sino “un debe nacional que asumimos ante la inacción de otros partidos por miedo  o por cortoplacismo electoral”. Según el diputado de Vox, “no refuerza al Gobierno socialcomunista porque no requieren de una moción para ello”, ya que “la actitud pasiva del PP y los ofrecimientos de Ciudadanos para los Presupuestos” ya cumplen esa tarea.

Hechas las presentaciones y lanzados los dardos envenenados contra la bancada popular y la naranja, Garriga mentó el mantra de la ultraderecha: el terrorismo de ETA. Este martes 20 de octubre se cumplían nueve años desde que la banda terorrista abandonara la lucha armada. Casi una década después, Garriga ha traído a colación el asunto para acusar a Sánchez de “tratar de reescribir la historia” para “convertir a los terroristas en víctimas” y “no se lo vamos a permitir”.

"Gobierno criminal"

Una vez puestos sobre el tapete los hits más recurrentes de la extrema derecha, el diputado de Vox ha entrado en materia tras media hora de discurso para verter bulos sobre la pandemia y acusar al Gobierno de criminal.

“Mucha gente ha muerto por lo que ustedes no han hecho. No hicieron nada a pesar de que tenían la información. Su engaño, su negligencia y su crimen”, ha espetado Garriga.

El parlamentario ha acusado a Sánchez de comandar una “gestión criminal” que “no solo consistió en autorizar la manifestación del 8M”. “Es infame que teniendo la información sobre la llegada del virus chino mintiera a los españoles solo porque le interesaba promover sus delirios ideológicos”, ha dicho, al tiempo que ha mentado el bulo de los guantes morados de la ministra de Educación, Isabel Celaá. Garriga asegura que vestía unos guantes de látex morados durante la manifestación feminista, sin embargo, no está demostrado que fuera por motivos de seguridad sanitaria. Los guantes morados son habituales en concentraciones feministas y, además, la ministra no los llevó puestos más que al principio de la marcha.

Garriga ha sentenciado que “su 8M condujo a la muerte de miles de españoles” porque “pensaron en sí mismos” y las consecuencias fueron “60.000 vidas perdidas”. Y toda la responsabilidad, dice, la “descargó sobre un comité de expertos imaginarios para poder desentenderse”.

Y tras un discurso que bien podría haberlo escrito y suscrito Donald Trump de su puño y letra, Garriga ha concluido con un "Dios bendiga a España".