Excusatio non petita, accusatio manifesta; reza una locución latina que viene a significar que todo aquel que se disculpa sin que nadie previamente se lo haya pedido demuestra que es el autor de la falta. Este miércoles trascendió que el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, se había reunido en secreto con Santiago Abascal, su homólogo en Vox, la pasada semana en Madrid. El sigilo de la cita invita a pensar que el gallego quiere evitar la foto pública, como si no existiera sintonía alguna. Sin embargo, en cuanto la Sexta desveló tal encuentro el PP activó la maquinaria para justificar a Feijóo esgrimiendo que también se vio con Yolanda Díaz. Y mientras conchaba con Abascal, huye de los asuntos de Estado que exigen altura de miras: CGPJ, ley de Secretos Oficiales e inversión en Defensa.

Desde que aterrizara en Génova, Feijóo ha limitado sus contactos con Vox por el qué dirán. La aún diputada del PP Cayetana Álvarez de Toledo le ha afeado que esconda la sintonía entre ambas formaciones criticando que “algunos no quieren fotografiarse con Vox o votar con Vox, pero están encantados de gobernar con Vox”. Y es que, el gallego prometió cambiar el modelo implementado por Pablo Casado y ejercer una oposición útil que no bebiera los vientos por la ultraderecha. Un argumentario que, cada minuto que pasa, exhibe más fallas.

El acercamiento es tan evidente que Feijóo optó por enmarcar su cita con Abascal en una ronda de contactos habitual. Fuentes del PP se apresuraron a testimoniar que se produjo por petición expresa del líder de Vox, que “compartieron impresiones” y que el líder popular “re ha reunido y se reunirá con otros dirigentes políticos en las próximas semanas”. “Ya lo hizo con el presidente de UPN antes del verano para compartir reflexiones acerca de la situación de Navarra y lo ha hecho con el líder de Coalición Canaria. También se ha entrevistado con la responsable de la plataforma Sumar, Yolanda Díaz, y lo hará próximamente con el presidente del PNV, con quien está previsto hablar en el mes de octubre. Dentro de un contexto de normalidad política, Alberto Núñez Feijóo podría establecer otras reuniones de carácter privado con otros dirigentes de la política española en las próximas semanas”, remacharon las fuentes de Génova, tratando de sacudirse cualquier tipo de acusación. Excusatio non petita, accusatio manifesta.

Y mientras Feijóo trabaja las relaciones con otros partidos del arco parlamentario para urdir una mayoría alternativa que le haga presidente tras las próximas generales, los asuntos de Estado en los que se esperaba que el PP estuviera han quedado relegados a un rol subalterno.

Tras el breve parón estival Moncloa tenía mucho trabajo por delante, empezando por los Presupuestos Generales del Estado 2023. El Gobierno no pretendía cosechar el apoyo de la bancada popular para las cuentas, tampoco que arrimaran demasiado el hombro para hilvanar el plan de contingencia. Pero sí que tenía una lista con tres puntos que deseaba abordar con el principal partido de la oposición: la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), el gasto en Defensa y la ley de Secretos Oficiales.

Feijóo brilla por su ausencia

Tiempo ha que el CGPJ no entra en las previsiones de Génova. Incluso, fuentes consultadas por ElPlural.com admitieron que “ese asunto lo afrontará el próximo Gobierno, no este”. Con respecto al incremento de la inversión militar, Hacienda ha elaborado un plan para extraer la cuantía del techo de gasto, facilitando el entendimiento con Unidas Podemos, que rechaza de plano aumentar esta partida.

El objetivo de Sánchez es incrementar la inversión armamentística hasta llegar al 2% del PIB en 2029, pero el aumento será paulatino. El grueso del incremento para el próximo curso quedará plasmado en los Programas Especiales de Armamento, proyectos independientes con partidas especiales. Según el Programa de Estabilidad enviado a la Unión Europea, la previsión de Moncloa es subir un 0,2% del PIB la inversión en Defensa. La cifra aún no es definitiva, puesto que corresponde al Programa 2022-2025 enviado por España a Bruselas. De confirmarse, se pasaría de un 1% a un 1,2%, dos décimas extra.

Moncloa no necesitará al PP para incrementar el gasto en Defensa. En cuanto a la ley de Secretos Oficiales, el propio ministro de Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños, explicó que continúan trabajando los detalles. Este periódico ha preguntado al equipo de Feijóo sobre su participación en la norma y no ha habido respuesta alguna.