El 2 de diciembre de 2018 cambió la historia de Andalucía. Por primera vez desde que se instauró la democracia en nuestro país, la derecha podía gobernar. Un hecho que solo sería posible a cambio de una temeridad, pactar con la extrema derecha. No obstante, poco o nada importó esto al Partido Popular y a Ciudadanos, quienes lograron alcanzar un acuerdo con Vox, aunque la formación naranja la intentó tapar como pudo. De esta manera, Juan Manuel Moreno Bonilla se convertía en el primer presidente andaluz no socialista.

Sin embargo, pese al jolgorio que pregonaban los populares, todos coincidían en señalar que iba a ser un mandato muy complicado, debido fundamentalmente a la inexperiencia de la derecha al frente de la Junta, y por contar en el Gobierno con un elemento tan explosivo como es Vox. Y los vaticinios no se equivocaban, poco más de dos meses después de los comicios, podemos afirmar que esta Ejecutiva es un desastre. Y para justificar esta afirmación nos vamos a apoyar en cuatro hechos que lo confirman. 

Sin embargo, antes de entrar en todo el meollo de la situación, hay que señalar la última barbaridad de los socios de Bonilla en el Gobierno. Este mismo viernes, Vox exigía al Parlamento andaluz los nombres y apellidos, además de otros datos, de todos los trabajadores de las Unidades de Violencia de Género de la Junta, desde el año 2012 hasta la actualidad. Una auténtica caza de brujas en pleno siglo XXI y que desde la formación ultra justificaban de esta manera: "Los jueces dictan sentencias en base a informes de profesionales no cualificados y altamente ideologizados y de los que depende la libertad de un acusado o el futuro de niños", esgrimió el líder de Vox en Andalucía, Francisco Serrano.

1. Fichajes que no valen

Tras asumir el poder, PP y Cs tenían ante sí un reto importante: renovar el Parlamento andaluz. Y a juzgar por los últimos hechos, los fichajes de ambas formaciones no han estado a la altura. El último caso se ha producido esta misma semana, cuando el partido de Albert Rivera nombraba a Carlos Rodríguez Sierra como director general de la Oficina Judicial y Fiscal. Hay que recordar que este hombre hasta ahora era el abogado del ex director director general de Trabajo y Seguridad Social Francisco Javier Guerrero en la causa de los expedientes de regulación de empleo (ERE) presuntamente fraudulentos, así como letrado de la madre del 'Cuco', el joven implicado en el caso de Marta del Castillo. Estos antecedentes han provocado que hasta Vox haya criticado la incorporación, tildándola de "incompresible". 

No obstante, el mandato ya empezaba con la pierna izquierda al salir a la luz un escrito de la nueva consejera de Igualdad de la Junta de Andalucía, Rocío Ruiz (designada por Ciudadanos), en el que despreciaba la Semana Santa. Inmediatamente después de saltar la noticia, la afectada pedía disculpas, pero Vox iba más allá y exigía su dimisión.

Otro revés que ha sufrido el nuevo Gobierno se ha personificado en la figura de Elisa Fernández-Vivancos, delegada de Turismo, Justicia, Regeneración y Administración Local en Granada. Tal y como informa El Confidencial, esta asumió el cargo el pasado martes -nombrado nuevamente por Ciudadanos- y 24 horas después presentó su dimisión. ¿El motivo? Fernández-Vivancos fue la letrada de la Junta en el caso Nevada contra el constructor Tomás Olivio. Un litigio que el Gobierno andaluz perdió y tuvo que pagar 168 millones de euros.

2. Primeras pugnas

“Nuestro acuerdo es sólido con medidas para cuatro años y la vocación es agotar la legislatura, que nadie tenga ninguna duda”, afirmó hace unas semanas Elías Bendodo, consejero de la Presidencia y mano derecha de Moreno Bonilla. No obstante, este "acuerdo sólido" se ha demostrado esta semana que no es tal. 

Las primeras discrepancias entre PP y Cs no han tardado en aparecer, después de que Juan Bravo (PP), nuevo consejero de Hacienda después de que Alberto García Valera dimitiera por problemas de salud, advirtiera a la formación naranja de que espera presentar nuevos Presupuestos "cuanto antes" son el objetivo de tenerlos "antes de mayo" -hay que recordar que el Gobierno funciona actualmente con las cuentas prorrogadas del acuerdo que alcanzaron PSOE y Cs durante la legislatura de Susana Díaz-. Este escenario choca directamente con el de la formación naranja, que no las tiene todas consigo mismo: "Nadie puede pretender que en dos semanas tengamos las cuentas de la Comunidad", dijo el vicepresidente de la Junta, Juan Marín. 

3. Un socio demasiado caro y peligroso

Como mencionábamos al comienzo de este artículo, PP y Cs han llegado al poder gracias al apoyo de la formación ultraderechista Vox. Sin embargo, a cambio del sí de los de Abascal, tanto populares como naranjas han acordado otorgar una serie de concesiones a estos. El primero de ellos no ha dejado indiferente a nadie: la presidencia de la comisión de Memoria Histórica. Aunque este caramelo tiene truco. Tal y como informó ElPlural.com, este regalo a la extrema derecha es más simbólico que útil, ya que para cambiar la ley actual de Memoria Histórica se necesita unanimidad en la Cámara, o lo que es lo mismo, un imposible teniendo en cuenta que PSOE y Adelante Andalucía jamás se negarán a aceptar modificar la ley que ambos aprobaron hace dos años -PP y Cs se abstuvieron-.

No obstante, Vox no ha picado ante el anzuelo a juzgar por las recientes declaraciones de su portavoz en la Comisión de Cultura y Memoria, Benito Morillo, quien espetó a sus socios que el Comisionado de la Concordia “quebranta en la letra y el espíritu” del pacto firmado con el PP y ha exigido su "derogación inmediata"

Por otra parte, hay que volver a mencionar la caza de brujas que propone Vox para los trabajadores de las Unidades contra la Violencia de Género, que ha hecho que hasta el propio Moreno Bonilla se llevase las manos a la cabeza ante lo alocada que suena la propuesta. "Ni un paso atrás", manifestó el presidente andaluz, aunque no dijo nada de que estas medidas tan deleznables pueden ser presentadas por Vox gracias a que el PP y Cs, estos últimos en menor medida, blanquearon a los ultras ("no son extrema derecha, sino derecha") y posibilitaron su entrada en el Parlamento.

4. Solo promesas incumplidas

Por último, una vez que han llegado al poder, los populares se han quitado las caretas y no han tenido ningún reparo en apuntar que algunas de las medidas que pregonaron durante la campaña electoral eran mentira. Sin ir más lejos, una de las grandes ideas repetidas por Moreno Bonilla fue anunciar la mayor reducción de impuestos de la "historia de Andalucía" y a la vez crear 600.000 puestos de trabajo durante esta legislatura. Asimismo, también afirmaron que si llegaban a gobernar, jamás se aplicaría un copago sanitario o farmaceúrico en esta región.

Sin embargo, el consejero de Economía de Ciudadanos, Rogelio Velasco Pérez, ha señalado que estas medidas son imposibles de llevarse a cabo. No obstante, no ha utilizado la palabra mentira o engaño, sino que se ha justificado asegurando que se trata de un "lenguaje, una forma de expresarse durante una campaña electoral". 

Un Velasco Pérez que no ha tenido precisamente una semana buena. Ha sido noticia también después de una controvertida intervención durante una entrevista en Canal Sur. Ante la televisión pública andaluza, ha apuntado que su medida para frenar el desempleo es invitar a los parados a que se muden a la "Costa del Sol, Almería o Huelva", es decir, a las zonas que "más dinamismo económico presentan actualmente en Andalucía".