La pataleta judicial, hostigando a periodistas, y las proclamaciones grandilocuentes, negando la mayor e intentando dibujar un complot masónico, apenas han tenido unas horas de vigencia. El presidente Vox, Santiago Abascal, no solo conocía el escándalo del desvío de fondos recaudados por Revuelta, juventudes oficiosas del partido, para víctimas de la DANA; además, designó a los encargados de abordar la problemática y llegó a gestionar en primera persona la crisis, tal y como revela un WhatsApp con el presidente de la propia asociación, Jaime Hernández.
La formación de extrema derecha asegura desde que ElPlural.com destapó el escándalo que todo responde a una campaña para hacer daño a Vox, pero las revelaciones han ido escalando la implicación hasta llegar a lo más alto de la cúpula. El 19 de septiembre, dos meses y medio antes de que el partido fingiese indignación y sorpresa y acudiese a denunciar, Abascal trasladó órdenes al líder de Revuelta y dejó constancia de que conocía el tema desde mucho antes y había delegado su gestión en figuras de su confianza, como Montserrat Lluis, secretaria general adjunta de Vox.
La conversación de WhatsApp destapada este viernes por El Mundo no deja lugar a dudas. El presidente de Revuelta, temeroso por la respuesta, es quien inicia la conversación. “Buenos días, Santi, ha pasado un tiempo desde que no hablamos y no quiero que la situación se descontrole más”, arranca Jaime Hernández. “Como sabes, he hablado este tiempo con Enrique y ya estamos aclarando la contabilidad de Revuelta”, abre el melón a renglón seguido. A partir de ahí, llegan los intentos por excusarse y buscar el beneplácito del líder.
“Si pudiéramos vernos para un café rápido me gustaría solo, como hice por teléfono, contarte mi versión, poder aclarar todo y seguir sumando”, apunta el joven en un mensaje fechado el 19 de septiembre que, entre otras cosas, evidencia que Abascal conocía la situación desde mucho antes. “Reitero que nunca he querido ser infiel al proyecto que desde chaval he seguido. Siento si de verdad me he proyectado como un enemigo”, cierra Hernández su intervención. Más de doce horas después, el presidente de Vox haría aparición.
“Buenas noches, Jaime; como bien sabes, hay un tema por resolver”, inicia Abascal su respuesta, sin rodeos y directo al grano. “Ignacio (Garriga) y yo le hemos encargado a Montse (Lluis) que lo resuelva contigo y la manera de hacerlo”, reconoce su implicación directa desde hacía tiempo. “Te pido que atiendas a lo que te diga Montse y que se solucione cuanto antes”, insta el uno al jefe de los jóvenes, “y después nos tomamos los cafés que quieras”. “Respecto a lo demás, ninguna preocupación por cuestiones relativas a fidelidades. Un abrazo, Jaime”, se despide el máximo mandatario de Vox.
Abascal, más que implicado: dirigió la gestión y participó directamente
Al final, después de tanto hiperventilar, se destapa no solo que el propio Abascal se implicó directamente dos meses y medio antes, como mínimo, de que Vox denunciase para intentar cubrirse las espaldas; sino que, desde antes, había encargado a personas de su confianza la gestión del fraude de Revuelta y los pasos a seguir. “Ignacio y yo le hemos encargado a Montse que lo resuelva contigo y la manera de hacerlo. Te pido que atiendas a lo que te diga y que se solucione cuanto antes”, traslada sin pudor.
La forma de gestionar la situación que el encomendó a Montserrat Lluis también se ha conocido. La secretaria adjunta de Vox, acompañada de pesos pesados como Jorge Buxadé, cabeza en Europa y coordinador jurídico del partido, intentó por activa y por pasiva desmantelar Revuelta y Asoma, asociación pantalla a través de la que operan las juventudes. Ninguno de los dos dudó en utilizar la relación laboral de los dirigentes de Revuelta con Vox para forzar a que se cumpliesen las órdenes que el mandamás daba desde la sombra, como ha quedado constatado.
“Vosotros tenéis que mirar que trabajáis para nosotros. Si hay una noticia en la que vosotros estáis implicados en una estafa (nos preguntarán) ¿y Vox lo sabía? Vox sabía. ¿Y qué hicieron? Nada, eran camaradas”, trasladó Buxadé a los cachorros en una reunión en la que también estaban presente Lluis, Pablo González Gasca (secretario general de Revuelta), Arturo Villa (exvicepresidente) y Javi Esteban (exvocal).
“Esto es la asociación juvenil de Vox. ¡Es que los titulares van a decir eso!”, mostró la secretaria general adjunta de Vox su preocupación. “Estamos hablando de cosas muy graves. Reputacionalmente. Obviamente, en cuanto se denuncie se va a conocer policial y penalmente”, ahondó. “Cada día que pasa sigue habiendo dinero en la cuenta de Revuelta. De Asoma. Sigue habiendo gente confiando en vuestra buena intención y pensando que Revuelta es una especie de brazo del pulpo Vox. Seguimos haciendo la bola más grande. Hay que cortar la bola. Disolved, liquidad y luego o montáis todas las (asociaciones) que os dé la puñetera gana”, zanjó Buxadé.