El pasado martes, en rueda de prensa desde el Congreso de los Diputados, la portavoz de los de Santiago Abascal en la Cámara Baja, Pepa Millán, reprendía las palabras de Isabel Díaz Ayuso en relación a la migración. La lideresa de Madrid dijo en una entrevista concedida a Espejo Público que si tenía una hija quería que pudiera "pasear con una falda corta". Y la formación de ultraderecha ha salido en tromba, pero no por considerarlas racistas, sino porque aseguran que Ayuso dice una cosa y hace otra.
"Sale la señora Ayuso diciendo que su quiere que su hija pueda salir con falda corta por la calle sin que estas personas, procedentes de culturas que no tienen ningún respeto por la mujer, le puedan hacer ningún daño (…) Pues la señora Ayuso a lo mejor no quiere que las niñas de Fuenlabrada puedan llevar falda corta, porque en Fuenlabrada la Comunidad de Madrid está construyendo un centro de menas. ¿O es que solamente queremos condiciones buenas para los nuestros y seguridad para los nuestros y llamara a la migración ilegal desde un despacho, pero no para la gente sencilla que padece las consecuencias de sus responsables políticas todos los días?”, preguntaba desde el atril.
Millán también sacó tiempo para abroncar al PP como partido. Primero criticó que los conservadores hacen el “paripé” de que están en contra de la inmigración ilegal y se lo recriminan a los de Pedro Sánchez “cuando pactaron con ellos la regularización exprés de medio millón de personas que habían llegado aquí ilegalmente”, cuando “han provocado la ruptura de los gobiernos con Vox”, cuando “en Andalucía el PP ha impuesto la acogida de mensa insultando gravemente a Vox”, etc.
Feijóo defiende sin querer a Sánchez
Mientras tanto, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, parece no terminar de aclararse sobre la migración. A veces, su discurso es muy similar al de Vox, y en otras ocasiones da la razón al presidente del Ejecutivo, aunque trate de no hacerlo.
Un ejemplo palpable de esto último ocurrió el pasado lunes durante una entrevista con Carlos Alsina en Onda Cero, cuando el gallego defendió los mismos objetivos que persigue el Gobierno de España y que, según los ‘populares’, provocan un efecto llamada.
“España necesita migrantes, pero que sean regulares”, aseguraba ante los micrófonos el responsable del principal partido de la oposición. De hecho, Feijóo mantuvo que lo que tenía que haber hecho Sánchez en su reciente visita a Mauritania es decir que “va a ayudar para facilitar el desarrollo industrial y agrícola y luchar contra las mafias”, lo cual hizo. Sin embargo, para el líder del PP, el Gobierno “no tiene política migratoria”.
Pero el grueso de la cuestión llegaba después, cuando el líder de los ‘populares’ pedía “acreditar en qué supuestos proceden los retornos proceden los retornos a sus países de origen, siempre de forma individualizada”, mientras previamente había sostenido que estas personas tenían que venir con contrato de trabajo.
Alsina le recordó que al presidente le habían reprochado “por haber dicho justamente eso mismo” y le preguntó contundente: “¿Entonces usted también ha generado un efecto llamada al decirlo?”. Ante esto, Feijóo solo pudo sacar una risa nerviosa y decir que coincide con “cualquier persona sensata que se acerque a las necesidades objetivas de un país”. El corte no tardó en hacerse viral.
La presidenta de Madrid copia a Vox
Como ocurre siempre con la llegada de inmigrantes, el aumento de flujo migratorio de la ruta canaria ha sacado lo mejor y lo peor de la sociedad, que se divide entre quienes actúan con la solidaridad con bandera y los que aprovechan la tesitura para esparcir su discurso racista y xenófobo.
Vox siempre ha trampeado los datos y apelado a un discurso extremadamente populista para cargar contra las personas que vienen de fuera, acusándolas de temas tan graves como las agresiones sexuales y convirtiendo a los migrantes en principales responsables cuando la realidad es bien distinta.
El partido de ultradrecha lo sabe, pero insiste, y a la cresta de la ola se sube también depende del momento el PP o, al menos, la denominada ala dura de la formación, de la que forma parte entre otros, Ayuso
En la conversación con Susanna Griso, la primera del nuevo curso político, la líder regional volvió a dividir su aceptación de llegadas en función del origen de los migrantes y justificó su posición refiriéndose a la integración que estas personas son capaces de tener en nuestro cultura. Para ello sentenció que lo que ella quiere es que si tiene una hija “pueda pasear con la falda corta”. De ese modo, relacionaba la llegada de africanos con el aumento de las violaciones o la delincuencia, una cuestión que siempre históricamente ha defendido la extrema derecha. Y lo sigue haciendo.