En la Generalitat Valenciana se celebró este pasado martes un nuevo debate electoral entre los principales cabezas de cartel por la circunscripción, organizado por la televisión pública À Punt. La candidata del PSOE por Valencia, Diana Morant, propinó un severo correctivo verbal a su homólogo por Vox, Carlos Flores, quien fuera apartado del futuro gobierno regional negociado con el Partido Popular y condenado por violencia machista. La ministra de Ciencia ha recordado precisamente estos bochornosos acontecimientos, recitando las amenazas vertidas por el ultraderechista a la que fuera su expareja, provocando que éste temblara -literalmente- al escuchar a su interlocutora.

Te voy a estar jodiendo toda la vida, hasta que te mueras y acabe contigo”. Estas palabras las pronunció la ministra de Ciencia, Diana Morant, durante el debate electoral de este pasado martes en la televisión pública valenciana. El canal À Punt reunió a los cabezas de listas de las principales candidaturas en un formato en el que se juntaron la candidata socialista con el número uno de Vox por la citada circunscripción, que no es otro que Carlos Flores. El ultraderechista, que fue “apartado” del resultado final del “reparto de sillas” entre PP y Vox en la Comunitat, se echó a temblar cuando la dirigente del PSOE le recordó una dosis del rosario de improperios que le lanzó a su expareja antes de ser condenado por violencia machista.

Morant puntualizó, tras los exabruptos, que esa es la vida que “el candidato de Vox le dio a su expareja”, con “insultos, intimidaciones, amenazas y maltrato” generalizado “tal y como recoge la sentencia condenatoria”. En ese preciso instante, la cámara se despega de la candidata socialista para focalizar todo el protagonismo sobre un Flores que no podía contener sus nervios. El dirigente ultraderechista temblaba más que un flan al escuchar el dardo que le había preparado Morant, aunque también sería compartido con el Partido Popular.

Acto seguido, Morant se dirigió directamente a la candidata del Partido Popular presente en el plató, Belén Hoyo, para recordarle cómo el portavoz de su formación, Borja Sémper, “presumía” de haber orillado a Flores. “Dijo que ningún condenado por violencia machista podía ser político y sacan pecho por haberlo apartado, pero lo cierto es que se sentó con ustedes y otros cinco señores más”, sentenció la ministra de Ciencia, en alusión al proceso de negociaciones entre los conservadores y ultraderechistas que se saldó con el encaje del dirigente de extrema derecha como cabeza de lista de Vox por Valencia.

En este sentido, Morant afeó al Partido Popular que pusieran precio a sus principios. “Se han intercambiado las sillas de la Comunitat Valenciana”, insistió la titular de Ciencia y candidata del Partido Socialista, haciendo hincapié en el acuerdo de “principios por sillones”. “Además, lo tenemos aquí. ¿No vale para la Generalitat, pero sí para el Congreso?”, se preguntaba la dirigente del PSOE, quien reprochaba a sus adversarios haber “comprado toda la artillería del odio” de Vox. “Los va a perseguir siempre”, remató.

La condena de Flores

En el año 2022, la Justicia condenó a Carlos Flores por un delito de “violencia psíquica habitual”, con “coacciones, injurias y vejaciones” contra su exmujer y, a la postre, madre de sus hijos. La Audiencia Nacional tumbó el recurso de Flores, ratificando así las penas impuestas por los tribunales. El fallo evidenciaba el “quebranto psicológico” contra su expareja, inhabilitándole para ser elegido por sufragio pasivo; amén de un acercamiento a su exesposa durante tres años y una indemnización por responsabilidad civil de 6.000 euros.

Según el texto, el ahora candidato ultraderechista persiguió a su expareja hasta en 21 ocasiones, vertiendo insultos contra ella y también hacia su exsuegro delante de los tres hijos fruto de ese matrimonio. Los antecedentes penales se consideran extintos y tanto el como su partido entienden que este episodio no comporta una inhabilitación desde el punto de vista moral. “No tengo ninguna cuenta pendiente con la Justicia. Las que en su día tuve las saldé sobradamente”, defendió en su momento Flores, asumiendo que “todos hemos hecho o dicho cosas de las que luego te arrepientes”.

No obstante, la realidad es que los hechos y las declaraciones que recogían la sentencia mencionada eran graves y contiene amenazas como “te voy a estar jodiendo toda la vida hasta que te mueras y acabe contigo” e insultos como “ladrona, secuestradora de niños” o “dueña de calabozo”. Unas palabras que pronunciaba debajo del balcón de su exmujer, pero también delante de la puerta del colegio de su hija. Es más, el documento recoge que en una ocasión la mayor de las hijas tuvo que solicitar ayuda a unos agentes. Entretanto, Flores recurrió que su expareja le tenía animadversión porque había perdido la condición de mujer de profesor de Universidad.