El escritor Mario Vargas Llosa lleva unas semanas instalado en el centro de la polémica. Primero, con su participación en la Convención del Partido Popular donde señaló que “lo importante no es que haya libertad, sino votar bien”. Después, con su aparición en los papeles de Pandora con una sociedad opaca que revelaron La Sexta y El País. El novelista ha decidido salir al paso en ese mismo periódico, aunque para aclarar sus afirmaciones sobre la democracia porque sobre su sociedad opaca ya habló en una carta a la directora, pero no le ha salido muy bien. Porque Vargas Llosa señala que cuando se refería a “votar mal” hablaba de lo que ocurre “en el mundo subdesarrollado” y apoya que “las elecciones tienen sentido sólo en las democracias, mientras el largo abanico de los partidos de centro y de derecha” consiguen llegar a acuerdos.

“Deduje que me había equivocado”, señalaba este domingo Vargas Llosa en El País, tras las “críticas, muchas, en verdad”, cuando afirmó aquello de que en las elecciones “lo importante no es que haya libertad, sino votar bien”. Una frase que supuso una más de las muchas manchas en el historial de la Convención del PP, junto a la presencia de Nicolas Sarkozy unos días antes de ser condenado por corrupción o el saludo virtual del primer ministro de Austria, Sebastian Kurz, unos días antes de dimitir por las sospechas de corrupción.

Para reafirmar su postura, Vargas Llosa recurre a que “yo pensaba, cuando lo dije, sobre todo en el caso de Venezuela”, con la primera victoria de Hugo Chávez. También se refiere a Perú, donde él mismo perdió unas elecciones en persona y lo ha vuelto a hacer en la persona de Keiko Fujimori, a la que dio su apoyo. “Votar ‘mal’ es cerrar las puertas a la democracia, como se ha hecho en el Perú en las últimas elecciones, si es que, en verdad, estas fueron limpias, lo que muchos ponemos en duda”, asegura el escritor, abonando la teoría de fraude electoral en la que se ha instalado la derecha desde Donald Trump.

Vargas Llosa incluso llega a insinuar que es mejor no votar a la izquierda para así evitar que luego el Ejército dé un golpe de Estado: “La situación del país es crítica y podría ocurrir un golpe de Estado en el que la dictadura militar se quedaría en el poder 10 o 20 años, como ha ocurrido otras veces. ¿No es eso votar “mal”, contra la libertad y el progreso?”.

“El resultado de unas elecciones puede ser trágico para un país si los ciudadanos que votan no prevén las consecuencias que podría tener el resultado electoral. Esto no descalifica las elecciones ni el voto popular, que suelen ser, sobre todo en los países occidentales, responsables y democráticos, pero no lo es en el mundo subdesarrollado”, añade Vargas Llosa, poniendo de Ejemplo la Nicaragua del comandante Ortega.

“Las elecciones tienen sentido sólo en las democracias, mientras el largo abanico de los partidos de centro y de derecha —que van desde los socialistas hasta los conservadores, pasando por los demócratas cristianos y los verdes— expresan sus cercanías y sus diferencias, para establecer alianzas más o menos sólidas que les permiten formar un gobierno”, explica Vargas Llosa, para quien los partidos de izquierdas no parecen entrar en las posibilidades de “votar bien”.

El artículo ha provocado varias reacciones en redes sociales. La politóloga Verónica Fumanal señalaba cómo el escritor “ahondaba en su error” porque “este señor piensa que lo suyo es bien, el populacho mal”. Lo mismo señalaba el sociólogo Daniel Valdivia, que la conclusión de Vargas Llosa es “que son los pobres los que votan mal”.