Hermann Tertsch, en el Diario de la Noche en Telemadrid Imagen de archivo de Hermann Tertsch, cuando presentaba Diario de la Noche, en Telemadrid

 

 


La frivolidad de usar el aterrador término nazismo para insultar empieza a estar de moda. La usó María Dolores de Cospedal para calificar a los ciudadanos que participan en los escraches a políticos y la usa, de manera alegre, este martes el periodista Hermann Tertsch, en ABC, para calificar a los comunistas en la oposición en las sociedades democráticas, que, según apunta, “utilizan los mismos métodos que los nacionalsocialistas alemanes en la oposición”.

El espacio político, cultural y mediático del que goza la izquierda
“Es cierto que los acosos y la violencia que llevan a cabo los grupos ultraizquierdistas son prácticas nazis”, escribe el columnista de ABC, que lamenta que mientras “los nazis ideológicos están con razón acosados social, política y policialmente, son un fenómeno marginal, el proyecto totalitario de la izquierda, el comunista, goza siempre de espacio político, cultural y mediático. Y mucho más en tiempos de tensión, crisis y aumento de la frustración y el resentimiento”.

Según afirma Tertsch, “los SA nazis y los comunistas de Spartakus hacían lo mismo en su propaganda y lucha. En gran parte porque los activistas, los matones, eran intercambiables, cuando no mismos”.

La razón, según Tertsch, de que el comunismo no esté marginado
El columnista de ABC considera “lamentable” que “la magnitud de los crímenes” cometidos en nombre del comunismo no haya llevado a esta ideología “a la misma merecida marginación de la ideología nazi”. La razón, según Tertsch, es que el nazismo perdió la guerra y el comunismo “la ganó, en alianza con el Occidente democrático”.

Por esa razón, según Tertsch, el comunismo “no dejó de tener adeptos entusiastas en todo el mundo y nunca sufrió el desprestigio social del nazismo” y es por ello -destaca el columnista de ABC- que en Occidente, la inmensa mayoría de los intelectuales europeos tuvo una relación, cuando no de abierta simpatía, sí de complicidad o al menos comprensión o condescendencia hacia el comunismo”.