Siete detenidos y treinta policías nacionales heridos. Este es el parte que el Ministerio del Interior ha realizado este miércoles tras una nueva noche de protestas frente a Ferraz, cuartel general del PSOE en Madrid. Según el balance definitivo, todos los detenidos son de origen español, cinco hombres y dos mujeres comprendidos en una franja de edad entre los 19 y los 44 años.

Sobre el material utilizado por los efectivos desplegados para repeler a los violentos alborotadores, desde Interior han explicado que la gravedad de lo sucedido obligó a los agentes a hacer uso de pelotas de goma, botes de humo y gases lacrimógenos, muy criticados por la extrema derecha española.

Un amplio operativo acorde a la intensidad de las protestas, que este martes, tras el llamamiento de Vox y otras formaciones de índole ultra -neonazis y falangistas monopolizaron las revueltas a última hora de la noche-, reunieron a cerca de 7.000 personas según la cartera liderada por Fernando Grande-Marlaska. Fueron precisamente estas horas del ocaso del día en las que se produjeron los actos más violentos de la cita, haciendo de la calle Ferraz una auténtica trinchera donde los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado tuvieron que protegerse del lanzamiento de botellas de cristal, palos, sillas y mobiliario urbano destrozado por un sinfín de violentos envueltos en banderas anticonstitucionales.

Especialmente virulenta fue la actitud de los presentes cuando se unió a las personas presentes en Ferraz la columna convocada por el Alvise Pérez, agitador ultra, y Dani Esteve, líder de Desokupa. No fueron los únicos rostros icónicos de la extrema derecha que se sumaron a estas revueltas contra la amnistía. Isabel Peralta, líder neonazi que se hizo famosa en un homenaje de la División Azul, no dudó en hacer el saludo nazi e incendiar a las masas. También cargos de Vox como el eurodiputado Hermann Tertsch se hicieron visibles una jornada más tarde de que fuese el propio Santiago Abascal, presidente de la formación ultra, quien se fotografiase junto a sus feligreses en el escrache realizado frente a la sede de los socialistas.

Sobre las 23.30 horas y tras realizar cargas, los antidisturbios pudieron controlar a los sectores más agitados y dispersar la concentración, que dejó la calle Ferraz y sus aledañas deterioradas por disturbios.