Mientras en Valencia el socialismo municipalista arrancaba motores con la mirada puesta al 28 de mayo, Pedro Sánchez se desplazaba hasta Bilbao para rendir homenaje al histórico dirigente del PSE-EE Rodolfo Ares, fallecido el pasado 26 de enero. En el acto, el presidente del Gobierno se ha referido a la nueva ley de Vivienda, reivindicándola como un vehículo para transformar un “enorme problema en un derecho”. Asimismo, ha urgido al Partido Popular a leerse el articulado antes de recurrirla ante el Constitucional, como respuesta al modus operandi de los conservadores en estos casos. No obstante, ha aprovechado para apelar a sus adversarios a que abandonen la “soberbia” y frenen el “atropello” en Doñana.

Sánchez ha participado en el homenaje que los socialistas vascos han rendido al histórico líder del PSE-EE, Rodolfo Ares, que falleció el pasado 26 de enero. Lo ha hecho en un acto en Bilbao, donde ha intervenido también el portavoz del Grupo Socialista en el Congreso de los Diputados, Patxi López, y el secretario general del PSE-EE, Eneko Andueza, entre otros. El presidente del Gobierno ha destacado en su alocución que “ser socialista” implica “luchar por la dignidad”, frente a una derecha que relaciona “reformas con recortes”.

El jefe del Ejecutivo ha desgranado el escudo social que, durante esta legislatura, ha desplegado para “proteger” a la ciudadanía de los efectos de la crisis del coronavirus y de la guerra de Ucrania. “Nosotros identificamos las reformas con la dignidad salarial, por eso subimos el salario mínimo interprofesional. Con la dignidad en las pensiones, por eso garantizamos su revalorización con respecto al IPC. Y la dignidad en el acceso a la vivienda, por eso hemos aprobado la primera Ley de la historia de la democracia en esta materia”, ha apuntalado Sánchez.

Gobierno y dos de sus aliados parlamentarios habituales (ERC y EH Bildu) han limado asperezas y, por fin, han desbloqueado una ley que no hacía más que coger polvo en los cajones del Congreso de los Diputados. El articulado era de suma importancia para las dos sensibilidades e la coalición y así lo ha remarcado desde Bilbao el jefe del Ejecutivo, que considera el texto como un vehículo para transformar un “enorme problema” en un “derecho, como dice nuestra Constitución”. “Eso es lo que vamos a lograr también con esta primera ley de vivienda de la historia democrática de España”, ha enfatizado.

El texto cuenta con el respaldo, de PSOE, Unidas Podemos, ERC y Bildu. Datos a tener en cuenta para las primeras cábalas parlamentarias. Ante ello, emerge un Partido Popular que ya ha avisado de las consecuencias nefastas que tendrá su aprobación. Ante ello, el presidente del Gobierno ha movido ficha y ha instado a los conservadores a leerse el texto “antes de recurrirlo” ante el Tribunal Constitucional, como suelen hacer con “cada avance”. “Ya sabemos a quién defienden. No es a la mayoría, sino a unos pocos, los que están ahí arriba”, ha apostillado el un Sánchez, que recordaba que “el futuro siempre da la razón al progreso”, aludiendo a los innumerables recursos de los populares.

Freno a la soberbia con Doñana

Pero entre Ley de Vivienda y loas al homenajeado, el jefe del Ejecutivo ha abordado otro de los temas cruciales en los últimos días: Doñana. Sánchez ha reclamado al Partido Popular a título general que “aparque su soberbia, reconozca el error y frene el atropello” que a su entender supone la regulación de regadíos que han planteado en Andalucía Juanma Moreno Bonillo en connivencia con Vox.

El secretario general del PSOE ha reivindicado el carácter “feminista y ecologista” de su formación, lamentando el “conflicto abierto en canal por la derecha y la ultraderecha”. Sánchez ha recordado que Doñana es el “único patrimonio mundial que hay en la Península”, lo que lo convierte en un “paraíso natural” que hace de “sumidero de los gases de efecto invernadero”. “No es el cortijo de nadie, sino el patrimonio de todos; andaluces, españoles y también europeos”, ha continuado el presidente del Gobierno, quien ha urgido a la “derecha y ultraderecha andaluza” que frenen el “atropello” y reconozcan el error. “Gobernar es trabajar para el interés de la mayoría y no sentirse el dueño de ningún cortijo y mucho menos en democracia”, ha concluido.