En cuestión de 48 horas, la realidad ha cambiado en el Palacio de La Moncloa. La moción de censura de Vox le ha valido al Gobierno para sacudirse las motas de crispación que aún le rodeaban con motivo de la ley del sólo sí es sí. Sánchez aprovechó la coyuntura para presentar el boceto de un gabinete fuerte y unido por un objetivo común, contando con la colaboración de una revitalizada Yolanda Díaz. El presidente siguió la fórmula del 2020, cediendo su cuota de protagonismo a la vicepresidenta segunda con el objetivo de impulsar la plataforma Sumar y exhibir las bondades de una reedición de la coalición, pero con el proyecto de la ministra de Trabajo como principal aliado. La figura de Díaz es un activo para la Administración y Sánchez lo sabe, por lo que, según ha avanzado El Confidencial, le brindará un papel protagónico durante la presidencia de turno del Consejo de Europa. La apuesta, sin embargo, contrae el riesgo de tensionar las relaciones con Podemos, que estará alejado del foco mediático en el segundo semestre, ya sin carpetas legislativas para rentabilizar.

El entorno de Sánchez diseñó con suma exhaustividad la estrategia para la moción de censura. Había mucho en juego y en Moncloa no eran ajenos a ello. El Gobierno atravesaba su momento más delicado desde el inicio de la legislatura, con los dos partidos separados por una distancia sideral tras el polémico sólo sí es sí y su consiguiente reforma, impulsada por el ala socialista y que no encajó con agrado la facción de Podemos. La maniobra de Vox fue un regalo para los fontaneros monclovitas. Un balón de oxígeno que el Ejecutivo no desdeñó para proyectar cohesión y sacar músculo. Todo ello, potenciado con la figura de una Yolanda Díaz que hizo de pegamento de la coalición, pese a la indiferencia que transmitió Podemos tras su intervención.

Díaz no dejó escapar el tren, propulsando un ticket con Sánchez que ha despertado cierto recelo entre las filas de Podemos. La ministra no hizo distinciones. Alabó el trabajo del gabinete en su conjunto, deteniéndose, sobre todo, en Irene Montero e Ione Belarra, que respondieron con gesto apático al perfil “presidencialista” de la ministra de Trabajo en una suerte de prólogo mitinero antes del lanzamiento oficial de su proyecto transversal; ese llamado a reconstruir los puentes de la izquierda a la izquierda del PSOE.

Los dos “máximos representantes de la coalición” escenificaron el cierre de filas, mientras el grupo confederal se fracturaba en redes sociales entre loas a Díaz y el atronador silencio del núcleo duro de Iglesias. El mensaje de Sánchez en absoluto beneficia los intereses del partido morado, que pasaría a un segundo plano en caso de descabalgarse de la unión de fuerzas de la que emanará Sumar. En otras palabras, la plataforma de la vicepresidenta es la prioridad para el PSOE.

Activo Yolanda

Precisamente por eso, por el perfil “presidencial” exhibido durante la moción y su proyección de espacio transversal, el ala socialista mima con esmero a su vicepresidenta segunda, cuyo sello ha estampado en innumerables leyes y reformas orientadas a la protección de las clases medias y trabajadoras. Todos estos ingredientes hacen de la gallega un cóctel más que vistoso de cara al segundo semestre de este ajetreado 2023, cuando España asuma la presidencia de turno del Consejo Europeo. Un periodo para el que Moncloa lleva “muchos meses” de preparación, sabedores de su importancia para potenciar la figura de Sánchez.

Sin embargo, el foco mediático no será coto privado de caza para el presidente del Gobierno o los ministros socialistas, sino que el gabinete de Sánchez repetirá -a gran escala- la estrategia en la moción. Protagonismo para Yolanda Díaz, que tendrá en Madrid su lanzadera particular con una reunión informal ministerial de Trabajo y Políticas Sociales durante los días 14 y 15 de julio. Una cita que se diseñará junto a las carteras de Derechos Sociales, Igualdad y Seguridad Social.

Pese a la participación de la cuota morada del Ejecutivo en el diseño de este encuentro, poco podrá rentabilizar la formación comandada por Ione Belarra. Podemos se queda sin banderas que capitalizar en la segunda mitad del año, por lo que perderá una parte sustancial de su presencia mediática, la cual absorbe prácticamente en su totalidad la ministra de Trabajo, quien a su vez impulsará una “negociación colectiva verde” a primeros del próximo mes de julio.

De hecho, Díaz es fundamental para los planes de Sánchez en materia comunitaria, pues la ve como la herramienta perfecta para desbloquear las negociaciones europeas sobre trabajo en plataformas digitales. Se ahondará, según El Confidencial, en una nueva directiva que hunda sus raíces en la ley rider, ya vigente en España. La líder de Sumar también coordinará la organización del congreso europeo de alto nivel sobre el impacto de la economía social. Un evento que se desarrollará en Donosti a mediados del próximo mes de noviembre.