Ha sido el secreto mejor guardado del PSOE y de la presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol. Pese a las quejas de la derecha, que exigían poner una fecha concreta al debate de investidura una vez Sánchez recibió el encargo del rey, los plenipotenciarios en tomar esta decisión han dejado el tiempo correr para convocar la cita una vez los números empiecen a vislumbrarse positivos para la hipotética coronación del actual presidente del Gobierno en funciones y candidato a revalidar mandato.

No obstante, finalmente se ha confirmado que el debate de investidura tendrá lugar la semana del 6 de noviembre, tal y como adelantó ElPlural.com el pasado 24 de octubre. Concretamente, fuentes de Ferraz confirman a laSexta que la fecha escogida para la entronización del presidente del Gobierno sería el miércoles 8 de noviembre. Una vez escogido este día como el idóneo para la entronización del líder socialista, el debate de investidura se agendaría de la siguiente forma: el martes 7 tendrá lugar la primera sesión del debate, relegando la primera votación, para la que Sánchez requiere de mayoría absoluta, al miércoles 8. De no obtener la confianza de al menos 176 diputados -escenario que no se contempla en Ferraz-, el actual presidente del Gobierno en funciones tendría una nueva opción el viernes 10. 

Esta confirmación llega en un momento de máxima diligencia por parte del PSOE para tratar de cerrar los apoyos necesarios para la investidura. Una vez presentado el acuerdo de coalición junto a Yolanda Díaz a finales de la semana pasada, el equipo negociador del candidato socialista se esfuerza en atar el resto de apoyos, con máximo protagonismo tanto de ERC como de Junts per Catalunya, formaciones que luchar por obtener el relato y las concesiones necesarias para vender autonómicamente una victoria en clave catalana. 

No obstante, y pese a la peculiaridad de las negociaciones, el presidente del Gobierno juega con un as en la manga: la alternativa no es otra que una repetición de elecciones y un nuevo balón de oxígeno a la derecha para tratar de obtener la confianza mayoritaria de la ciudadanía española en las urnas. Es un escenario que nadie contempla, más si cabe después de que PSOE y Sumar hayan cerrado su acuerdo progresista para gobernar en coalición cuatro años más.

¿Por qué la semana del 6 de noviembre? 

La incógnita ahora es cuándo comunicará formalmente la presidenta del Congreso, Francina Armengol, la decisión. La jura de la Constitución de Leonor este martes 31 de octubre, día en el que la princesa de Asturias alcanza la mayoría de edad, podría estar detrás de la postergación de este comunicado. No obstante, y tal y como ya explicó ElPlural.com en una exclusiva ahora confirmada por laSexta, esta semana ha sido la escogida por varias razones de peso, entre ellas la celebración de dos citas de calado internacional a las que el líder del Ejecutivo quiere asistir ya con la confianza del parlamento español en el bolsillo y oficializado en la Cámara Baja. 

En primer lugar, está el Congreso del Partido Socialista Europeo (PES) en Málaga los próximos 10 y 11 de noviembre. En este encuentro, clave para Europa, se reunirán los primeros ministros, jefes de Estado, líderes, activistas y militantes de la familia socialista procedentes de toda Europa.

Será Málaga la ciudad que acogerá el próximo mes de noviembre un Congreso en el que los socialistas definirán sus prioridades de cara a las elecciones europeas que se celebrarán en la primavera de 2024.

Y, en segundo lugar, el 27 de noviembre tendrá lugar la Cumbre de Barcelona, donde Sánchez se dará otro baño de popularidad entre líderes europeos en la reunión de la Unión por el Mediterráneo (UpM). En fueros socialistas ven este evento como el escenario idílico para que Sánchez obtenga el respaldo de los máximos mandatarios europeos toda vez se le aúpe como presidente del Gobierno de España por otros cuatro años.