“Laura, eso no te lo crees ni tú”. Salvador Illa había pinchado el balón al responder a Laura Borrás, de Junts per Catalunya. En el debate de TVE entre los candidatos a la Generalitat, la diputada había aludido a “la necesidad” de romper con España y el socialista sentenció que eso sería un intento inútil.

El partido que lidera desde Waterloo Carles Puigdemont, en el que Laura Borrás es su cara visible, defiende en su escueto programa electoral que, en un nuevo Parlament, con independentistas ocupando la mitad de los escaños, el paso siguiente será la ruptura con España.

 La experiencia del desenlace del Procès, la imposibilidad de convertir en realidad los ensueños de construir un nuevo país reconocido por Europa, se han demostrado inalcanzables, al menos por ahora. Pero esa no fue la única réplica cortante del ex ministro de Sanidad a la independentista Borrás. Y cuando la diputada proclamó que España no tenía cultura democrática, Illa zanjó tajante: “Se acabó. No más división”.

Los que siguieron con interés el debate entre los nueve candidatos, pudieron comprobar que de oferta electoral, apenas nada. Muchos reproches para Illa, que se convirtió en la diana de todos los ataques por su papel al frente del ministerio de Sanidad en la gestión de la pandemia. Se ve venir que éste será el argumento/refugio de toda la campaña.

La decisión unánime de cargar contra el candidato socialista tiene varias lecturas. La que es común a todos, es que su irrupción provoca miedo e inseguridad ante unos resultados que parecían cantados.

A pesar de las grandes diferencias sobre los tempos que harían falta para volver a intentar la secesión, Junts per Cat y ERC evitan enfrentamientos duros entre sí para no gastar cartuchos cuando no se saben entre quienes se llevarán a cabo las futuras alianzas de gobierno. Sin olvidar que los herederos de Puigdemont siguen apostando por activar la declaración unilateral de independencia lo antes posible, asunto con el que no está de acuerdo la formación republicana.   

En cuanto Ciudadanos, su líder en Cataluña, Carlos Carrizosa, se atrevió a decir que será el primer presidente netamente constitucionalista. Una afirmación difícil de sostener si se recuerda que en las elecciones de 2017, con Inés Arrimadas al frente, fue la lista más votada. De poco sirvió. Nunca intentó optar a la Presidencia de la Generalitat.

Mientras se celebraba el debate se conocieron varios sondeos coincidentes a grandes rasgos: El PSC, en cabeza, seguido muy de cerca por ERC y, ligeramente por detrás, Junts per Catalunya. A continuación, Ciudadanos, En Comú Podem y el PP a quien pisa los talones VOX, empatado en intención de voto con la CUP. De farolillo de cola y a distancia, PDeCat, en donde están algunoslos restos de la antigua Covergèncian . Queda todavía mucho partido, pero en el cartel que preside la caseta del Tiro al blanco se dibuja una imagen de Salvador Illa.