Junts per Catalunya sostiene el tensionamiento de las relaciones con el Gobierno de coalición como principal estrategia política, casi única en los últimos años, y esta semana ha decidido dar un paso más. Los de Carles Puigdemont se muestran especialmente molestos con los socialistas, a los que ya han advertido de que ha llegado “la hora del cambio”, en palabras de Miriam Nogueras. Un movimiento que podría terminar de confirmare el próximo lunes, durante la celebración de una cumbre interna en la que la formación independentista planteará la ruptura total y definitiva con el Ejecutivo.
Pugidemont ha citado a sus principales cuadros en la ciudad de francesa de Perpignan para decidir si plantean a la militancia esta actuación. Más allá de lo simbólico, esto podría suponer el bloqueo perpetuo de cualquier iniciativa que Moncloa quiera sacar adelante, dado que requiere de los votos de Junts en el Congreso de los Diputados, algo que preocupa teniendo a la vuelta de la esquina el debate de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) y otras leyes de gran importancia para la supervivencia del Gobierno.
Esta tesitura podría obligar a los socialistas, como esperan desde Waterloo, a convocar unas elecciones a no mucho tardar, aunque el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no parece muy por la labor de dar este paso. Otro de los pasos deslizados por la dirección nacionalistas podría ser una moción de censura instrumental con un candidato independiente que convoque elecciones inmediatamente, de salir victorioso. Sin embargo, la necesidad de los votos de Partido Popular (PP) y Vox complica a Junts la actuación deslizada por su vicepresidente, Antoni Castellà, semanas atrás.
La imagen de unidad con las dos extremas derechas españolas, que ha sucedido ya en varias ocasiones, podría salir caro a los de Puigdemont. Lo mismo podría suceder ante el bloqueo de medidas, con la única pretensión de castigar al Gobierno, que pudieran ser beneficiosas para los intereses catalanes o que coincidiese con los paradigmas ideológicos de la derecha catalana. Si bien este escenario parece arriesgado, Junts quiere dar un golpe de efecto a las puertas del segundo aniversario del pacto de Bruselas, del que aseguran que apenas se han cumplido ninguna de las medidas comprometidas por los socialistas.
Sánchez se reunirá con Puigdemont “cuando toque”
El jefe del Ejecutivo quiere evitar que se llega a este escenario y, además de sus negociadores en esta materia, no cierra la puerta a reunirse con Puigdemont. No obstante, reniega de marcar una fecha y asegura que el encuentro se producirá “cuando toque”. "Si lo he dicho mil veces, ¿para qué hemos aprobado una Ley de Amnistía? Para normalizar la situación con los actores políticos. Por supuesto que esas reuniones se producirán ¿Cuándo? Pues cuando toque", ha trasladado en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo Europeo en Bruselas.
Sobre la reunión con la que amenaza Junts, el jefe del Ejecutivo ha asegurado que respeta el funcionamiento interno de los partidos, aunque ha dejado claro que, respecto a los acuerdos pactados, "lo que está en manos del Gobierno" lo está cumpliendo y "lo que está en manos de otros" están "trabajando" para que se cumpla. “Lo estamos haciendo, lo sabe Junts que estamos cumpliendo con todos esos acuerdos", ha insistido Sánchez, que pide a los independentistas "tiempo, dedicación y esfuerzos".
"Cuando hablamos de cambio puede ser para avanzar o para involucionar, pero no una hora como decía la portavoz e Junts, sino 50 años atrás. Hoy es indiscutible que a Cataluña le sienta bien este Gobierno", ha zanjado Sánchez. Desde la otra parte del Gobierno, Sumar, también ha habido reacción a las nuevas advertencias de Puigdemont, lamentando la forma “muy masculina” de hacer política basada en amenazadas constantes.
"Hablando de cambio, yo creo que hay que cambiar esta manera de hacer política. Dicho lo cual, creo que forma parte, lógicamente y en este caso, de los intereses a los que representa Junts", ha valorado la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, contraria a la necesidad constante de "mostrar posición de fuerza" y dejar constancia de que se tiene "agallas".
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