Los presos etarras no quieren más ongi etorris. El colectivo de presos de la banda terrorista (EPPK por sus siglas en vasco) ha anunciado este lunes su intención de acabar con los recibimientos públicos a reclusos etarras excarcelados y se comprometen a limitar las recepciones a actos “discretos” en “el ámbito privado” tras las polémicas vividas en estos actos.

En un comunicado que avanzan los diarios Berria y Naiz.info, los presos de la organización terrorista sostienen que “entienden” que las víctimas de ETA puedan sentirse “heridas” por los actos de recibimiento, por lo que han decidido que han decidido que las recepciones se desarrollen únicamente en un ámbito “privado y discreto”. Asimismo, aseguran que esta decisión es una “contribución individual y colectiva” de los presos vascos a la “convivencia, la paz” y al “reconocimiento no sólo del sufrimiento propio y sus familiares”.

El EPPK afirma que los presos tienen derecho a “recibir el abrazo de sus allegados” tras “largos años y condiciones durísimas de prisión”, pero recuerda que las víctimas “han expresado que los actos públicos de recibimiento les provocan dolor”. “Decimos con claridad que nuestro deseo es aliviar todo sufrimiento y abrir nuevas opciones, ir sanando heridas y fortalecer la convivencia entre la ciudadanía vasca”.

Esta decisión llega días después del décimo aniversario del fin de la banda terrorista y tras las palabras de Arnaldo Otegi, líder EH Bildu, en las que asegura “sentir mucho” el dolor de las víctimas de ETA, algo que considera que “no tuvo que ocurrir nunca”.

Además, los presos destacan que “ciertos agentes y partidos” utilizan la cuestión de los ongi etorri para buscar “irresponsablemente la confrontación en vez de la convivencia”. Así, sostienen que no desean “alimentar ninguna polémica estéril”, sino que pretenden “actuar de modo constructivo y ser responsables”. “No cejaremos en el camino emprendido; las excusas de quienes se sienten cómodos en las actitudes más pesimistas están quedando cada vez más en evidencia ante la ciudadanía vasca, sobre todo en la medida en que su influencia se va apagando”.

Finalmente, EPPK recuerda que ETA dejó de matar hace diez años y lamenta que quienes “quieren impedir la paz y eternizar la imposición han buscado bloquear y sabotear cada paso adelante desde entonces, buscando la venganza y con voluntad de imponer un relato falaz que distorsione el conflicto, alimentando el relato de vencedores y vencidos”.