A  Alberto Núñez Feijóo cada vez se le cierran más puertas de cara a su investidura y pese a que está tratando de romper el techo de 172 votos, las cosas no le salen bien. Ahora, los presidentes autonómicos han ido anunciando su plante a la propuesta del popular de mantener contactos previos a la fecha señalada. Los últimos en hacerlo han sido los presidentes del País Vasco, Íñigo Urkullu, y de Cataluña, Pere Aragonès, que se suman a los socialistas Adrián Barbón y María Chivite.

Feijóo ha reiterado en los últimos días que se sentará a hablar con “aquellos que quieran hablar” porque es partidario del diálogo con todos los presidentes autonómicos en la ronda de contactos que prevé antes del debate de investidura. Así, al margen de los compañeros de partido, con el único que podrá verse Feijóo es con Fernando Clavijo, presidente de Canarias de Coalición Canaria que gobierna gracias a los votos del PP.

Por un lado, Íñigo Urkullu ha recalcado que Vox condiciona “sí o sí” la política del PP con unos principios que chocan “radicalmente” con los suyos y los del PNV. “El tiempo previo en el que nos hallamos, creo que corresponde a los partidos políticos. La negociación, en su caso, para la conformación de mayorías, para la elección de presidente y su investidura, no corresponde a los presidentes de comunidades autónomas”, ha añadido. Y por el otro, la portavoz del Govern, Patrícia Plaja, ha remarcado en rueda de prensa este martes que el presidente catalán, Pere Aragonès, no se reunirá con el líder popular “porque no tienen nada de qué hablar sobre la investidura entre el PP y Vox”.

La misma decisión tomarían los barones socialistas llamados por Feijóo. Fue el pasado lunes cuando ya el presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón, se pronunció al respecto, asegurando que el incluir a los presidentes autonómicos en las conversaciones de cara a su investidura es algo “exótico y muy poco respetuoso con lo que establece la Constitución española”.

También María Chivite, presidenta de Navarra se ha desmarcado del ideario del popular, ya que ha afirmado que descarta verse con Feijóo por las críticas que ha recibido su Ejecutivo. No obstante, aún queda por saber la decisión del castellanomanchego Emiliano García-Page, que no ha dado a conocer su pensamiento al respecto.

Los contactos, la investidura y el proyecto de país

En el PP han comenzado la actividad política tras el tímido parón del verano con todas las ganas. Génova se encuentra inmerso en el calendario tanto de la investidura en sí como de la ronda de conversaciones que su líder tiene pensado mantener con todas las fuerzas que han salido elegida en la Cámara Baja, manteniendo su "línea roja" sobre EH Bildu. "No es equiparable a ninguna otra formación política del Congreso porque cree que asesinar en España tuvo justificación política. Esto les posiciona en otra galaxia lejana a la del resto de formaciones", ha sostenido este lunes el vicesecretario y portavoz popular, Borja Sémper, tras la reunión del Comité de Dirección. Pero para el resto, ahora, no hay distinciones, e incluso se ha establecido como interlocutor válido a Carles Puigdemont, denominado en incontables ocasiones como "prófugo de la justicia".

Esto no solo pretende presentar al Partido Popular como una formación recién renovada en la moderación sino también como adalid del diálogo parlamentario, tal y como se han esforzado en defender desde que el rey Felipe VI encomendara a Feijóo la tarea de intentar conformar las mayorías suficientes para instaurar un Ejecutivo bajo sus siglas. Una tarea dificultosa de la que son plenamente conscientes. "No nos engañamos, la investidura es muy complicada. Nos quedan cuatro escaños, pero son muy difíciles de lograr. La alternativa era quedarse en Génova cruzado de brazos y hubiera sido no cumplir el mandato de las urnas", ha sostenido el propio Sémper este martes, tras conocer la fecha y el enclave para el encuentro entre el líder del PP y el del PSOE. Eso sí, los populares se han enfrentado con los que pretenden dialogar por el reparto de escaños. Mal inicio.

Así, los populares aseguran estar ya trabajando en la investidura "en dos planos" que van desde el contenido de la propuesta que van a presentar a las fuerzas para intentar convencerles de que apoyen a Feijóo así como con las formas. Como si de un documento de campaña se tratara, el PP ha sostenido que las conversaciones van a girar entorno a "proyecto de país" que radique en tres ámbitos: "una batería de iniciativas económicas para que la economía crezca, se cree empleo, sanear las cuentas públicas y reducir la carga fiscal de los ciudadanos; una propuesta de regeneración institucional ya que tras los cinco años del PSOE y Podemos, España y la institucionalidad necesita ser regenerada y recompuesta; y reformas urgentes en materias como financiación autonómica, agua, independencia de la justicia, pensiones, reto democrático o sanidad".