El sábado 30 de noviembre Ciudadanos decidió los nombres que encabezarían la gestora hasta la realización de la V Asamblea de la historia del partido. Pero lo que debía ser una reunión de trámite, un impás en el calendario hasta la sucesión de Inés Arrimadas y la consolidación de un equipo que se hiciera cargo del partido hasta que estatutariamente se permitiera la irrupción de la candidata -única y favorita en todas las encuestas-, acabó embarrándose y sirviendo de escenario perfecto para que los estigmatizados por el oficialismo de la debacle electoral se revolvieran en sus sillas y dinamitaran puentes.

Fue un Consejo tenso. La falta de democracia interna fue puesta sobre la mesa, máxime después de que Manuel García Bofill, presidente de la Gestora, decidiese hacer caso omiso a las urnas que allí estaban e imponer una votación a mano alzada de forma previa al debate. Pero la jugada maestra se le volvió en contra cuando los críticos pidieron el turno de palabra. La democracia interna fue cuestionada, los barones fueron señalados y el ambiente se volvió tenso.

A pesar de ello, Ciudadanos ha preferido guardar sus disputas de forma interna. El acta de aquel encuentro presenta un escenario calmado, abierto y donde las alabanzas a Albert Rivera solo se solapaban con las propuestas coordinadas de un brainstorming en el que se escuchaba a todo el mundo.

“Debemos ser conscientes y acoger el legado que deja Albert Rivera y debemos ser dignos sucesores de este”, expone el documento, antes de explicar que Bofill recordó a los congregados “la dignidad con que supo dimitir Albert Rivera y hacerse a un lado”.

“Si Cs fracasa, todo el trabajo desarrollado por Albert Rivera durante todo este tiempo habrá sido inútil. Ahora nos toca saber bien cuáles son los pasos a seguir, y sólo seremos útiles desde un partido sólido y unido”, prosigue el acta, recogiendo únicamente el turno inicial de palabra del presidente de la gestora y obviando, de principio a fin, los turnos de réplica que se filtraron con audios y transcripciones a los medios de comunicación.

“Esto no es democrático”

Así de tajante se mostró Francisco Igea, vicepresidente de Castilla y León y número uno del partido en la región después de que se destapara el intento de pucherazo a favor de Silvia Clemente realizado en el partido. "España necesita un partido de centro liberal. Hoy he vivido algo bochornoso en este Consejo General. Ha habido primero una votación y luego el turno de intervenciones. Es asombroso”, expuso.

El dirigente fue uno de los más duros, pero no fue el único. “Nos hemos estrellado y nadie habla de lo que ha pasado. Los militantes esperaban algo y no lo he visto. Hay que votar en urnas y siempre después de un debate. Esto que ha pasado no me gusta. Yo no he votado nada. Este no es el camino y así vamos a la desaparición", sentenció con uno de los diagnósticos más demoledores José Luis Martínez, consejero en Murcia.

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Los problemas siguen

Las espadas siguen cruzándose en Alcalá 253. Las sospechas de pucherazo en sus primarias llegan a la Justicia, que pide abiertamente al partido en Murcia que no destruya ningún tipo de prueba relacionada con el proceso de votación interna que hizo que Isabel Franco se convirtiera en la líder regional de los naranjas.

Los críticos, abanderados por la plataforma Compromiso Ciudadano, exigen que las votaciones en la V Asamblea de la formación se realicen en urna y no por vía telemática. Las dudas penden sobre la idoneidad de la opción informática, judicializada en Murcia, Madrid y Cantabria. Mientras tanto, Inés Arrimadas se excusa en la gestora y prefiere no mojarse.