Entre la valentía o la inconsciencia sublime, Pablo Casado cerró la convención itinerante del PP en la plaza de toros de Valencia. Porque Valencia debería estar tachada del imaginario de los populares ya que está demasiado relacionada con los actos de corrupción sentenciados y la propia condena al partido, ratificada punto por punto por el Tribunal Supremo por beneficiarse a título lucrativo de la trama Gürtel. En el coso valenciano se celebraron fastuosos mítines que también ayudaron a mantener allí el bastión de la derecha, además de dar lustre y esplendor al partido y a varios de sus líderes.

Muchos de esos líderes, financiados de irregular manera y organizados por Francisco Correa, Pablo Crespo, Álvaro Pérez (“el bigotes”) y sus compañeros de viaje, compañeros ahora en la experiencia carcelaria. Se ocuparon ya en 2006 de la visita del Papa, el gran mitin fiesta en la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia. Se acordarán puesto que fue cosa juzgada y con la preparación y contratación de todo tipo de efectos especiales hubo pasta para todos, que dijo Francisco Correa en uno de sus juicios. 

Un año después, en la autonómicas y municipales de 2007 la pasta se multiplicaría gracias a la financiación que los empresarios reconocieron en sede judicial al haber donado a cambio de futuros proyectos, y que el propio secretario general del partido popular valenciano, Ricardo Costa, confesó en su juicio que se había invertido, entre otras cosas, en las campañas electorales que les darían continuidad.

El propio Mariano Rajoy Brey acudió a un mitin en 2007, en la misma plaza de toros en que se estrenó Casado, para agradecer a los votantes la confianza en el PP, que llevó a Francisco Camps o a Rita Barberá a dirigir los destinos valencianos. Fue aquel día en que Rajoy soltó la famosa frase de “Yo te quiero, Alfonso, coño, te quiero” dirigida a Alfonso Rus, presidente entonces de la Diputación y uno de los futuros protagonistas del caso Taula, otra historia popular de corrupción y dinero.

Rajoy volvería a Valencia en 2011 en otro mitin también organizado por los de Orange Market. Sin ir más lejos, estos ejemplos son suficientes para admirar el arrojo de Casado repitiendo la jugada, con la espectral figura de Francisco Camps, que acudió también como hilo conductor entre el  pasado y el futuro, un futuro empañado por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que por el momento le permite seguir en el puesto, veremos hasta cuándo…

Según los cálculos de la organización, en la Plaza de Toros de Valencia fueron 9.000 personas las que aplaudieron al líder que se entretuvo al llegar  a saludar a los centenares que se habían quedado fuera. Luego entró, sin tener en cuenta las enseñanzas de la historia de su partido, de las que han sido testigos los mítines en Valencia a la vez que augurios de males mayores.