Algunos creyeron que los escándalos de la familia Pujol quedarían en nada. Pero, finalmente, la Fiscalía Anticorrupción ha solicitado nueve años de cárcel para el expresident de la Generalitat Jordi Pujol Soley por asociación ilícita y blanqueo de capitales. Y  29 años para su hijo mayor, Jordi Pujol Ferrusola.

 El argumento de la Fiscalía no puede ser más demoledor, aunque desde Cataluña surjan voces desgarradas de quienes han defendido al expresident contra viento y marea. El fiscal considera acreditado de forma indiciaria que la familia Pujol Ferrusola, actuando como formación criminal, aprovechó durante décadas su privilegiada posición y ascendencia política para acumular riqueza, fruto de cobros por actividades corruptas.

La atribución provisional de esos delitos al que fue considerado por muchos catalanes su gran líder político, el hacedor intachable de la Cataluña moderna, el fundador del fenecido partido Convergència Democrática de Catalunya, removerá aún más aquellas aguas políticas en las que las formaciones independentistas no han sido capaces todavía de conformar el nuevo Govern tras las elecciones autonómicas.

En su larga etapa de president de la Generalitat, Pujol evitó siempre pronunciarse públicamente en favor de la independencia de Cataluña. Pero su astucia política le llevó a plantar las semillas de las que, más tarde, florecerían buena parte de los frutos independentistas.

El último capítulo de este escándalo ha coincidido casualmente con la posición del fiscal Anticorrupción, Antonio Romeral, que ha dejado claro en su el alegato final por el juicio de los papeles de Bárcenas, “que el PP fue el que se benefició de esos hechos al hacer pagos en b y debe responder por esa responsabilidad”. El PP está acusado como responsable civil subsidiario por la reforma, que se presume efectuada con dinero negro, en su sede central de la calle Génova.

En resumen, dijo que existía una contabilidad paralela que manejaban Bárcenas y Lapuerta, que de ahí salió el dinero para comprar acciones de Libertad Digital, de Federico Jiménez Losantosy, por otra parte, se pagó la famosa obra del edificios que puede ser vendido en breve sicuanto se cierracierre alguna tentadora oferta.

Por tanto, el representante del Ministerio Fiscal da credibilidad a los discutidos -y desautorizados por la plana mayor del PP- papeles de Bárcenas y afirma que son documentos reales que, en parte cuanto menos, ofrecen información veraz y reflejan una realidad con trascendencia penal. La abogada del Estado Rosa María Seoane, no se ha quedado atrás: “No defraudaron una vez, sino muchas, era una mecánica de fraude generalizado”, concluyó.

Ya saben, aquella mentira de Aznar a punto celebrar elecciones generales y tras su apoyo a la guerra de Irak, que la caverna secundó pisoteando la verdad. Ahora vamos averiguando por qué.