El ministro de Transportes, Óscar Puente, no ha querido dejar pasar la oportunidad de valorar que la declaración del novio de Isabel Díaz Ayuso, Alberto González Amador, se haya pospuesto este lunes hasta el 24 de junio por problemas informáticos y por la imposibilidad de tomar declaración a varios testigos de la causa. Fiel a su estilo, el ministro lo ha hecho a través de X, red social antiguamente conocida como Twitter, con un críptico mensaje.
“Vaaayaaa por Dios”, ha escrito. Lo ha hecho así, con muchas ‘a’, dejando claro su tono de sorpresa ante esta noticia que llegaba a primera hora de la mañana desde los juzgados de Plaza de Castilla, en Madrid. Y es que, como muchas personas en redes sociales, Puente puede sopesar la idea de que esta suspensión de la declaración llega porque a la vuelta de la esquina, en apenas tres semanas, el próximo 9 de junio, España vota en las elecciones europeas.
Vaaayaaa por Dios. https://t.co/ZZrJxCjtvZ
— Oscar Puente (@oscar_puente_) May 20, 2024
El show del novio de Ayuso
Pese a que la noticia más importante en el caso que investiga el fraude fiscal de la pareja sentimental de la presidenta de la Comunidad de Madrid ha sido la suspensión de su declaración hasta el 24 de junio, ha llamado soberanamente la atención de los periodistas desplegados el show que ha dado Alberto González Amador.
Tratando de escapar de la prensa, el novio de la baronesa del PP ha aparecido con un renovado look, con el pelo muy corto y sin barba. A este cambio, que aleja su imagen de lo que todos los interesados en el caso han podido ver recuerdan, se ha sumado un vaivén continuo de escenas más propias de Berlanga que de una citación judicial.
De hecho, González Amador ha llegado a ponerse una peluca para rehuir a la prensa. Tras varias carreras por los pasillos, una vez descubierto, no ha dudado en encerrarse en los baños de los juzgados y quedarse ahí, escondido, no se sabe hasta cuándo. Los periodistas de tribunales presentes en el lugar, de hecho, no han dudado en contar lo sucedido con una mezcla de sorpresa, cachondeo e indignación.
